El presidente argentino Alberto Fernández confesó el miércoles que no vive “en paz” a causa de los abortos clandestinos a los que se someten las mujeres de su país y confirmó que enviará al Congreso de un proyecto para su despenalización.
“Yo no vivo en paz con mi conciencia sabiendo que una mujer tal vez necesita practicarse un aborto, no tiene las condiciones económicas para pagarlo y termina en manos de un curandero que con una aguja la termina lastimando y a veces matando”, manifestó el mandatario de centro-izquierda durante una exposición ante el Instituto de Estudios Políticos de París, donde se encuentra de gira.
Fernández, un abogado experto en derecho penal, adelantó que propuso “mandar una ley que termine con la penalización del aborto y permita la atención de cualquier aborto en un centro público”.
En Argentina el aborto está penado por la ley salvo en casos de violación o riesgo de salud para la madre.
Si bien Fernández se ha manifestado públicamente a favor de despenalizar el aborto, sus declaraciones de este miércoles sorprenden porque hace pocos días había expresado que tenía temas más urgentes, como renegociar la deuda externa, justo antes de iniciar la primera visita oficial a su compatriota, el papa Francisco, en el Vaticano. Durante su estadía en Roma, además, enviados del Sumo Pontífice le plantearon “la protección de la vida desde su concepción”.
“Hay quien siente que legalizar el aborto lo vuelve obligatorio. No es cierto. No es obligatorio para nadie”, aclaró Fernández este miércoles ante estudiantes en París. “Es un tema que debemos resolver desde el mundo de la salud pública. No podemos poner el riesgo la salud de la mujer que decide abortar”.
El mandatario no precisó cuándo enviará el proyecto al Parlamento.
Grupos feministas del país sudamericano abogan para que el Congreso apruebe este año una ley de legalización del aborto libre luego de que en 2018 una iniciativa en ese sentido que fue aprobada por los diputados naufragó en la cámara de senadores en medio de la disconformidad expresada por sectores conservadores, incluido la Iglesia católica argentina.
Tras conocerse las declaraciones del presidente, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que nuclea a las distintas organizaciones feministas y que desde hace más de una década viene presentando distintas iniciativas legislativas, convocó a una movilización el 19 de febrero en el Congreso para exigir su despenalización.
No hay cifras oficiales actualizadas de abortos en Argentina. El Ministerio de Salud estimó en 2016 que en el país se realizaban hasta medio millón de abortos clandestinos cada año.
Ciudad de México, el estado mexicano de Oaxaca, Cuba y Uruguay son los únicos lugares en la región donde las mujeres pueden abortar durante las primeras 12 semanas de embarazo sin importar las circunstancias. En Puerto Rico, las Antillas y Guayana francesa también se permite atendiendo a las legislaciones de Estados Unidos y Francia, respectivamente.