América Latina ha sido una de las regiones más azotadas por la pandemia de coronavirus, con países como Brasil y Argentina entre los más afectados del mundo. El acceso a las vacunas ha sido ínfimo y aunque existen esperanzas de que mejore durante la segunda mitad de 2021, los desafíos de la inmunización por ahora postergan el control del COVID-19.
“Necesitamos de manera urgente más vacunas para Latinoamérica y El Caribe, una región que ha sido puesta a prueba por esta pandemia”, expresó la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne.
Tres de cada cinco de los países con más casos de enfermos, están en las Américas, según la OPS.
Brasil ocupa el tercer lugar entre todas las naciones con más enfermos, detrás de Estados Unidos e India, y el segundo con más muertos sólo debajo de Estados Unidos, de acuerdo con el Centro de Recursos de Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins. Argentina, Colombia, México, Perú y Chile, entre otros de la región, aparecen también en la lista de más afectados.
En las Américas se han aplicado 406 millones de dosis de vacunas, pero la mayoría (el 70%) ha sido en Estados Unidos, donde casi la mitad de la población ha recibido al menos una dosis y casi el 85% de las personas de más de 85 años ya están totalmente inmunizadas. En cambio, sólo el 3% de los latinoamericanos está completamente vacunado contra el coronavirus, señala la OPS.
Los expertos aseguran que para alcanzar la llamada inmunidad colectiva es necesario vacunar al menos al 70% de la población.
La inequidad en el acceso a las vacunas se ha hecho evidente en todo el mundo, no sólo a nivel global entre los países ricos y pobres, sino también dentro de cada región, donde los países con más recursos han sellado múltiples acuerdos individuales con las farmacéuticas para asegurarse la mayor cantidad posible de vacunas.
El continente americano, y dentro de él Latinoamérica, no son excepciones. Así, el panorama de la vacunación no ha sido uniforme.
En parte debido a sus buenas relaciones previas a la pandemia con China, Chile —que tiene una de las economías más avanzadas en la región— ha podido asegurarse suficientes dosis para su población y ha colocado vacunas a tasas que superan incluso a la de países desarrollados.
Otras naciones de menores recursos como Honduras, Nicaragua y El Salvador, en cambio, apenas han inmunizado y dependen sobre todo de donaciones que reciben a través del mecanismo COVAX, creado por Naciones Unidas para ofrecer vacunas de manera equitativa en todo el mundo.
Haití, que junto a Bolivia, Honduras, El Salvador y Nicaragua recibirá vacunas gratis de COVAX, no ha iniciado aún la vacunación.
Debido a la escasez internacional de dosis, incluso México, Argentina y Brasil —que sellaron numerosos acuerdos con farmacéuticas para asegurarse suficientes vacunas— enfrentan dificultades para conseguirlas y para distribuirlas.