Un ciudadano extranjero de 57 años trabaja vendiendo dulces de leche en los semáforos de la décima etapa de la Alborada, en Guayaquil.
El hombre afirma sentirse apenado por el alto índice delictivo en la ciudad. Espera que las autoridades puedan controlar la problemática. Pero también espera que sus coterráneos realicen trabajos de forma honrada.
Don Ramón Durán y su esposa se levantan todas las mañanas a preparar arroz con leche y queso de leche. El toque especial e ingrediente secreto es el amor con que preparan sus productos, afirman.
Ahora lo conocen como el «Viejito del arroz con leche» o el «chamo del semáforo» gracias a su carisma para relacionarse.
«Trabajo para salir adelante con mi familia», dijo. Pero también se apena por aquellos que, en lugar de hacer el bien, se van por el lado negativo».
«Da coraje ver que venezolanos estén en ese tipo de delitos», confesó el ciudadano extranjero.
Otros ciudadanos también se acercaron para afirmar que hay profesionales que salen a trabajar de manera honrada.
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