Un explorador de la NASA estaba a punto a posarse el jueves sobre Marte en el esfuerzo más arriesgado hasta ahora en una búsqueda épica para recuperar rocas que podrían responder a la pregunta de si alguna vez existió vida en el planeta rojo.
Los controladores de la misión, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la agencia espacial en Pasadena, California, estaban nerviosos el jueves mientras se preparaban para el descenso de Perseverance a la superficie de Marte, que ha demostrado ser una trampa letal para las naves espaciales. Pasarán 11 minutos y medio para que llegue a la Tierra una señal desde Marte que confirme si se posó con éxito.
Las naves espaciales que han tratado de aterrizar en Marte se pasaron de largo, se quemaron al entrar en su atmósfera, se estrellaron contra la superficie o bajaron en medio de una feroz tormenta de polvo sólo para transmitir una sola imagen gris y borrosa antes de apagarse para siempre.
Casi 50 años después del primer tropiezo en Marte, la NASA intentará el aterrizaje más difícil hasta ahora.
Se prevé que el explorador descienda en un parche de 8 X 6,4 kilómetros (5 X 4 millas) a la orilla de un antiguo delta de un río. Está lleno de acantilados, pozos, dunas de arena y campos de rocas, cualquiera de los cuales podría arruinar la misión de 3.000 millones de dólares. El terreno que alguna vez estuvo sumergido también podría contener evidencia de vida pasada, razón de más para recolectar muestras en este lugar para regresar a la Tierra dentro de 10 años.
El aterrizaje del vehículo de seis ruedas será la tercera visita terrícola a Marte en poco más de una semana. Dos naves espaciales de Emiratos Árabes Unidos y China entraron en órbita alrededor del planeta en días sucesivos la semana pasada.
Las tres misiones despegaron en julio para aprovechar una alineación relativamente estrecha entre la Tierra y Marte, con lo que viajando unos 480 millones de kilómetros (300 millones de millas) en casi siete meses.
AP