El pasado viernes un niño de nueve años llegó hasta el hospital de Jerusalén acompañado con su madre quien lo llevó hasta la casa de salud porque el pequeño tenía un estado permanente de somnolencia.
La madre del niño dijo que el pequeño estaba jugando con sus amigos y regresó aletargado y en estado de somnolencia, pasaron los días y el pequeño no mostraba ningún cambio. La mujer creyó que algo le había caído en la cabeza o incluso que pudo haber sido golpeado.
Pero cuando llegaron al hospital los médicos tampoco encontraron una razón aparente para el estado del niño así que realizaron una tomografía y vieron que el pequeño tenía una bala alojada en su cabeza.
Shocked doctors find bullet lodged in brain of ‘sleepy’ 9-year-old, remove it https://t.co/l5aKSya5JZ
— The Times of Israel (@TimesofIsrael) August 2, 2020
«Nadie en el hospital tenía idea de que le habían disparado con un arma. Era un niño de nueve años que tenía un poco de sueño», dijo El neurocirujano a cargo, Guy Elor.
«Según los análisis la bala entró en la cabeza por el lado derecho, atravesó el cerebro y se detuvo en la parte posterior del cráneo. Elor precisó que tuvieron que usar algunas herramientas de alta tecnología mientras la cabeza del paciente estaba abierta para poder extraer la bala», publica el portal de noticias RT.
Elor dijo que el niño «tuvo mucha suerte» pues si la bala hubiera ingresado a su cráneo desde otro ángulo, habría causado un daño irreparable en el cerebro e incluso podía haberle matado.
Las autoridades abrieron una investigación para determinar qué fue lo que sucedió, pero ya tienen la hipótesis de que el disparo pudo haber venido desde el festival de armas Eid el-Adha celebrado el fin de semana.