En el barrio 10 de agosto de la ciudad de Ibarra, la construcción del monigote gigante, que ya alcanzaba un 90%, se encuentra suspendida debido a amenazas de personas desconocidas hacia los organizadores del evento. Estos actos intimidatorios surgieron tras su valiente intervención para frustrar un robo en la comunidad.
Eduardo Ortega, presidente parroquial de Caranqui, expresó su rechazo ante estas amenazas. “La amenaza va directamente a que paren de construir o elaborar los monigotes. Esto nosotros rechazamos no solamente las autoridades parroquiales sino todo el pueblo caranqueño”, dijo.
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Lenin Quintachala, dirigente del evento, compartió la preocupación y manifestó temor ante posibles represalias mayores. “Estamos con miedo prácticamente de que sucedan cosas mayores”, agregó.
Los residentes del sector se muestran alarmados por el aumento de la delincuencia en la ciudad de Ibarra y solicitan un mayor respaldo de las autoridades. Mayerly Pilacuán, moradora del barrio, destaca la peligrosidad creciente, mientras Anderson Narváez señala que la delincuencia no se limita a los días festivos, sino que persiste todo el año.
Ante esta situación, la Policía Nacional se comprometió a proporcionar resguardo y aumentar el patrullaje en la zona. Sin embargo, los organizadores decidieron suspender el evento de monigotes gigantes, que ha sido una tradición única en Ibarra durante los últimos 11 años.
Aunque la suspensión es una medida de precaución, se espera que esta tradición regrese en diciembre de 2024. Esto, pues atrae a visitantes de toda la zona norte del país y dinamiza la economía en el sector.