Estudio: cómo se difunde el COVID-19 en una sala de espera de hospital

Un estudio realizado por investigadores del Hospital Pediátrico Bambino Gesù de Roma ha demostrado con una simulación en vídeo en tres dimensiones cómo se difunde el COVID-19 en una sala de espera de un hospital a través de las gotitas salivales y su movimiento debido a los sistemas de ventilación.

La universidad Ergon Research y la sociedad italiana de Medicina Ambiental (SIMA) participaron en el estudio. Y los resultados fueron publicados en la revista científica Environmental Research.

El estudio proporciona información importante para contener la propagación del virus SARS-CoV2 en ambientes cerrados, aseguran en un comunicado.

Los investigadores utilizaron herramientas de «dinámica de fluidos computacional» (CFD). Esto para recrear virtualmente la sala de espera de una sala de emergencias pediátricas equipada con un sistema de ventilación, con 6 niños y 6 adultos sin mascarillas en su interior.

En esta sala de espera virtual se trazó el comportamiento de las gotas y el aerosol en los 30s posteriores a un golpe de tos. La sala se adecuó en tres escenarios diferentes: con el sistema de aireación apagado, a velocidad estándar y a doble velocidad. Esto con la finalidad de evaluar cuánto aire contaminado respiraría cada persona presente.

Asimismo, los investigadores utilizaron la serie de parámetros físicos que regulan la dispersión aérea de partículas biológicas. Entre ellos: velocidad, aceleración, cantidad, diámetro de las gotas, turbulencias, movimientos generados por el aire acondicionado. Y con ello, obtuvieron una simulación 3D «físicamente correcta «, que reproduce lo que sucedería exactamente en un entorno real.

EL AIRE ACONDICIONADO Y EL COVID-19

Los resultados del estudio confirman que los sistemas de aire acondicionado juegan un papel decisivo en el control de la dispersión de gotitas y aerosoles producidos por la respiración en ambientes cerrados.

De hecho, por primera vez, se ha documentado que duplicar el caudal de aire acondicionado (calculado en metros cúbicos por hora) dentro de una habitación cerrada reduce la concentración de partículas contaminadas en un 99,6% .

Al mismo tiempo, el doble de velocidad provoca la dispersión en el aire de gotitas y aerosoles más rápido. Además, la dispersión es mayores distancias que el aire acondicionado estándar o apagado.

Con el aire acondicionado apagado, las personas más cercanas al niño que tose (1,76 metros en la simulación ) respiran el 11% del aire contaminado. Mientras que los más lejanos (4 metros) no son alcanzados por la «nube» infectada.

Mientras que con el sistema de doble velocidad se reduce la concentración de contaminante y las personas más cercanas respiran un 0,3%. Y en este caso respiran un 0,08% de aerosol contaminado, porcentajes muy bajos y sustancialmente irrelevantes a efectos de contagio.

El estudio de la propagación del COVID-19 en una sala de un hospital ofrece una importante información para contener el virus en espacios cerrados.

«El intercambio de aire en las habitaciones también a través de sistemas de aireación, purificación y ventilación mecánica controlada científicamente es fundamental en la difusión del virus y en su transferencia, en la medida de lo posible, al exterior. Es decir, en la mitigación de los contaminantes biológicos presentes en el aire en gotitas, lo que reduce significativamente la concentración del patógeno en el aire», subrayó el Alessandro Miani, presidente del SIMA.

EFE