Carys Ann Ingram, estudiante de 22 años de edad, voló desde Manchester hasta Jersey para visitar a su familia el pasado 12 de octubre.
Tiempo después se le notificó que un pasajero del mismo vuelo que se encontraba a su lado dio positivo para COVID-19 y las autoridades ordenaron a la joven que se aislara y se sometiera a una prueba días más tarde.
En ese sentido, las autoridades sanitarias le hicieron una visita de control y se percataron que la joven estudiante no estaba en su casa. La joven estudiante había violado la cuarentena y no sol en esa ocasión.
Además, Ingram publicó una fotografía en su cuenta de Instagram en la que se la veía comiendo en un restaurante de la localidad, lo que evidenció su irrespeto a la disposición de aislamiento. Entonces el equipo de rastreo de contactos inició su trabajo para dar con el paradero de la estudiante.
Ingram fue detenida y multada con 6.600 esterlinas, es decir unos 8.605 dólares.
«Es lamentable que alguien ponga en peligro la salud de otros isleños después de haber sido informado de la necesidad de autoaislarse», indicó Caroline Maffia, líder estratégica del grupo de Rastreo, Monitoreo y Control de Contactos de Jersey.