La viruela del mono, o «ortopoxvirosis simia», es una enfermedad rara cuyo patógeno puede transmitirse del animal al hombre y viceversa.
Actualmente es considerada una enfermedad importante para la salud pública mundial, ya que no solo afecta a los países de África occidental y central, sino también al resto del mundo.
Este sábado la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una emergencia sanitaria internacional, su máximo nivel de alerta, por el actual brote de viruela del mono, que suma ya más de 16 000 casos (cinco de ellos mortales) en 75 países, muchos de ellos en Europa, donde la enfermedad no era endémica.
SÍNTOMAS
Los síntomas de la viruela del mono son: fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y dorsales durante los primeros cinco días. Luego aparecen erupciones (en la cara, las palmas de las manos, las plantas de los pies), lesiones, pústulas y finalmente costras. Es importante, que la persona consulte a su médico para confirmar el diagnóstico y emplear los tratamientos adecuados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la infección de la viruela del mono puede dividirse en dos periodos:
- El periodo de invasión (entre los días 0 y 5). Se caracteriza por fiebre, cefalea intensa, linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos), dolor lumbar, mialgias (dolores musculares) y astenia intensa (falta de energía).
- El periodo de erupción cutánea (entre 1 y 3 días después del inicio de la fiebre) es cuando aparecen las distintas fases del exantema. Por lo general afecta primero al rostro y luego se extiende al resto del cuerpo. Las zonas más afectadas son el rostro (en el 95% de los casos), las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos).
CONTAGIO
La infección se produce por contacto directo con la sangre, los líquidos corporales o las lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados.
Mientras que la transmisión secundaria o de persona a persona puede producirse por contacto estrecho con secreciones infectadas de las vías respiratorias o lesiones cutáneas de una persona infectada, o con objetos contaminados recientemente con los fluidos del paciente o materiales de la lesión.
La transmisión se produce principalmente por gotículas respiratorias, generalmente tras prolongados contactos cara a cara con el paciente; lo que expone a los miembros de la familia de los casos activos a un mayor riesgo de infección. Además, la infección se transmite por inoculación o a través de la placenta (viruela símica congénita).
Un reciente estudio sobre el brote actual de la viruela del mono en el Reino Unido detectó diferencias importantes en los síntomas de los pacientes actuales respecto a los observados en brotes anteriores en otras partes del mundo.
Los hallazgos, publicados en la revista «The Lancet Infectious Diseases», indican que los pacientes registraron una mayor prevalencia de lesiones cutáneas en el área genital y anal; y una menor prevalencia de cansancio y fiebre que en los casos de brotes de viruela del mono estudiados previamente.
RIESGOS
En la mayoría de los casos, los síntomas de la viruela desaparecen por sí solos en algunas semanas, pero también puede provocar complicaciones médicas e incluso la muerte.
Los recién nacidos, los niños y las personas con inmunodeficiencias pueden correr el riesgo de sufrir síntomas más graves y morir por la enfermedad. Asimismo, corren alto riesgo de contagio los trabajadores sanitarios por la exposición prolongada que tienen con el virus.
Las complicaciones en casos graves incluyen infecciones de la piel, neumonía, confusión e infecciones oculares que pueden provocar la pérdida de la visión.
¿CÓMO PROTEGERSE?
Las personas pueden disminuir el riesgo de contagio limitando el contacto con personas que sospechen tener la viruela del mono o sean casos confirmados. Es imprescindible que la persona contagiada se aisle.
Si necesita tener contacto con el paciente se debe cubrir cualquier lesión en la piel si puede. Asimismo deberá llevar una mascarilla cuando esté físicamente cerca de la persona contagiada, especialmente si tosen o tienen lesiones en la boca; y si tiene algún contacto directo use guantes desechables.
Además, deberá lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o usar un desinfectante para manos, especialmente después de haber tenido contacto con la persona infectada u los objetos que su usó.
¿HAY TRATAMIENTOS?
No existen tratamientos o vacunas específicos contra la viruela del mono, pero se pueden contener los brotes, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el pasado se demostró que la vacunación antivariólica tiene una eficacia del 85% en la prevención de la «ortopoxvirosis simia»; pero la vacuna ya no está disponible, después de la interrupción de su fabricación tras la erradicación mundial de la viruela.
La atención clínica para la viruela símica debe optimizarse al máximo con el fin de aliviar los síntomas, controlar las complicaciones y evitar secuelas a largo plazo. Además, de acuerdo a la información de la OMS, se debe ofrecer líquidos y alimentos a los pacientes para mantener un estado de nutrición adecuado.