Estados Unidos quiere convertir el bloque internacional que se opone a la invasión rusa de Ucrania en una coalición más amplia para contrarrestar lo que considera una amenaza más grave a largo plazo contra el orden global: China.
El secretario de Estado, Antony Blinken, en un discurso pronunciado el jueves, presentó un criterio apoyado en tres pilares para competir con Beijing en la carrera para definir el equilibrio económico y militar del siglo XXI.
EEUU cree que China representa un mayor peligro
Si bien Estados Unidos considera a Rusia la amenaza más aguda e inmediata a la estabilidad internacional, el gobierno cree que China significa un peligro mayor, dijo Blinken en el discurso, pronunciado en la Universidad George Washington. Por eso está reuniendo recursos, amigos y aliados para enfrentar la creciente asertividad china en el mundo.
“Aunque continúa la guerra del presidente Putin, nos mantendremos enfocados en el desafío al orden internacional más grave a largo plazo: el presentado por la República Popular de China”, declaró el máximo diplomático estadounidense.
“China es el único país que tiene tanto la intención de reestructurar el orden internacional como la creciente capacidad económica, diplomática, militar y tecnológica para hacerlo”, advirtió Blinken.
“La visión de Beijing nos alejaría de los valores universales que han fundamentado buena parte del progreso mundial en los últimos 75 años”, añadió.
Contrarestar las ambiciones Chinas
Blinken presentó los principios bajo los cuales Washington aspira a aunar recursos, amigos y aliados para contrarrestar las ambiciones chinas en todo el mundo. Enfatizó que Estados Unidos no desea cambiar el sistema político chino, sino ofrecer un modelo alternativo ya probado.
“No se trata de obligar a otros países a escoger, sino de darles una opción”, afirmó el diplomático estadounidense.
Sin embargo, reconoció que Washington tiene una capacidad limitada para incidir en las ambiciones y la influencia de China, por lo que se concentrará en tratar de influir en los países en la periferia del gigante asiático.
“No podemos obligar a China a cambiar su trayectoria”, expresó Blinken, “por lo que cambiaremos el ambiente estratégico en torno a Beijing para impulsar nuestra visión de un sistema internacional abierto e inclusivo”.
El discurso fue pronunciado cuando era de noche en China, y no hubo de inmediato una reacción allí, ni de la embajada en Washington.
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El discurso surge poco después de que el presidente Joe Biden causó sorpresa cuando dijo que, en caso de una invasión de China a Taiwán, Estados Unidos intervendría militarmente en ayuda de la isla que Beijing considera una provincia rebelde.
El gobierno se apresuró a aclarar que no se trataba de un cambio en la política oficial y los funcionarios dijeron que Blinken reafirmará que no ha habido cambios en la posición de Washington. La política norteamericana sigue siendo la de “una sola China”, bajo la cual reconoce a Beijing, pero permite venta de armas y lazos extraoficiales con el gobierno en Taipéi.