El gobierno de Donald Trump detiene a niños migrantes en hoteles, a veces durante semanas, para luego deportarlos a sus países de origen bajo medidas que han cerrado el sistema de asilo durante la pandemia de coronavirus, de acuerdo con documentos obtenidos por The Associated Press.
Un contratista privado del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés) lleva a los niños a tres hoteles de la cadena Hampton Inn & Suites en Arizona y la frontera Texas-México donde son encerrados durante varios días, según revelan los documentos. Se han utilizado los hoteles casi 200 veces, mientras que más de 10.000 camas en los refugios del gobierno están en desuso.
Las leyes federales contra el tráfico humano y un fallo judicial de hace 20 años que rige el trato de los menores migrantes requieren que la mayoría de los niños sean alojados en refugios para luego entregarlos a familias patrocinadoras, pero el gobierno de Trump expulsa de inmediato a la gente que pide asilo en Estados Unidos, aprovechando una declaración de salud pública para hacer caso omiso de esas normas.
Los abogados y defensores de los migrantes dicen que alojar a los niños migrantes no acompañados en hoteles los expone a sufrir traumas, ya que están en lugares no diseñados para alojarlos y al cuidado de contratistas sin capacitación evidente. Han cuestionado el uso de hoteles como espacios de detención bajo el fallo judicial.
“Han creado un sistema en las sombras en el cual nadie rinde cuentas por la expulsión de niños muy pequeños”, dijo la abogada Leecia Welch, de la ONG National Center for Youth Law (Centro Nacional para el Derecho Juvenil). “No hay palabras para describir el ejemplo vergonzoso del sacrificio de los niños en aras de leyes de inmigración despiadadas”.
El ICE, que se negó a responder la mayoría de las preguntas, dijo que los contratistas son “especialistas en transporte”, “personal no policial entrenado para trabajar con menores y asegurar que todos los aspectos del transporte o la estadía cumplen” el fallo judicial. No dijo si son profesionales de la atención de menores o si el FBI ha estudiado sus antecedentes.
En McAllen, Texas, gente con vestimenta quirúrgica recorría los cuartos del cuarto y quinto piso del Hampton Inn para atender a los niños, dijo Roberto López, de la ONG Texas Civil Rights Project (Proyecto Texas por los Derechos Civiles). Recorrió el hotel el viernes y vio a ni niño aferrado a una puerta mientras un adulto al otro lado jugaba con él. López dijo que escuchó el llanto de al menos un niño.
En el estacionamiento había camionetas vans blancas sin identificación en las que se veían siluetas de niños y adultos a través de las ventanillas. Ninguna llevaba insignias de agencias oficiales.
Los documentos obtenidos por AP revelan que el Hampton Inn en McAllen fue el más utilizado para detener niños, en 123 ocasiones a lo largo de dos meses. Los otros dos hoteles están en Phoenix y El Paso.
Hilton, dueño de la marca Hampton Inn, dijo en un comunicado el martes que los tres hoteles eran franquicias y los contratos fueron directamente con los dueños. No quiso revelar cuántos cuartos se utilizaron ni a qué precios.
“Entendemos que se usaron esas propiedades de acuerdo con sus fines: el alojamiento temporario de personas que viajan entre distintos lugares”, dice el comunicado.
Castle Hospitality, operador del hotel en McAllen, dijo que sólo supo que se usarían sus cuartos para detener niños cuando éstos arribaron.
Al menos 2.000 niños han sido expulsados desde marzo, cuando el gobierno de Trump anunció que negaría en general el ingreso de solicitantes de protección. El gobierno ha mencionado la amenaza del coronavirus y la falta de recursos para permitir la estancia de los migrantes.
Estados Unidos lidera el mundo en casos confirmados y muertes de COVID-19 y el virus está causando estragos en buena parte del oeste y el sur, incluido el valle del río Bravo, donde se encuentra McAllen.