Christopher Dickman, profesor en Ecología Terrestre en la Universidad de Sídney y expresidente de la Real Sociedad Zoológica de Nueva Gales del Sur afirmó que Australia tiene una de las tasas más altas de extinción de mamíferos y este tipo de sucesos aceleran la desaparición de nuevas especies.
Ecologistas afirman que alrededor de 1250 millones de animales han sido afectados, dentro de los cuales se encuentran los animales muertos, heridos y aquellos que no podrán sobrevivir por la devastación de sus hábitos.
Y expertos aseguran que los animales no solo mueren incendiados sino que algunos animales se entierran, como es el caso de los roedores quienes no pueden conseguir alimento y fallecen.
El 80% de la fauna de Australia es endémica, debido a que no se conoce otros lugares donde se encuentren especies como los koalas, el oposum pigmeo de montaña o el petauro gigante, por lo que su extinción sería una tragedia a nivel mundial.
Las especies que están en peligro no solo son la más conocidas, como es el caso de los koalas o los canguros, sino que varios especies de insectos, artrópodos endémicos, onicóforos o gusanos aterciopelados, saltamontes, arañas, abejas y mariposas podrían estar en peligro de desaparecer, ya que en Australia existen al menos 250.000 especies de insectos.
Además, el fuego ha devastado más de un tercio de isla Canguro, donde habitaban especies únicas como la cacatúa lustrosa negra, la cual tras dos décadas de trabajo se había conseguido elevar su población en la zona a unos 350 ejemplares, y el pequeño ratón marsupial conocido como dunnart, tan raro que incluso algunos de los científicos que lo estudian nunca han visto uno.
Para esta tragedia, este lunes, la ministra australiana de Medio Ambiente, Sussan Ley, ha anunciado que el Gobierno aportará 50 millones de dólares australianos (31 millones de euros) para ayudar a la fauna salvaje dañada por el fuego.