Después de años de estudio, el Instituto Nacional del Cáncer dijo el martes que probablemente algunas personas desarrollaron cáncer a consecuencia de la lluvia radiactiva.
Esta se esparció sobre Nuevo México después de que el gobierno de Estados Unidos detonó la primera bomba atómica en 1945.
Sin embargo, se desconoce el número exacto de casos.
Documentos científicos
El instituto reveló sus conclusiones en una serie de documentos científicos sobre las dosis de radiación y riesgos de cáncer resultantes de la Prueba Trinity, que marcó un momento crucial en el alguna vez secreto Proyecto Manhattan.
Los hallazgos fueron difundidos en la publicación Health Physics.
Los investigadores afirman que es imposible saber con certeza si las tasas de cáncer en Nuevo México cambiaron en las primeras décadas posteriores a la prueba nuclear debido a la falta información integral.
Concluyeron que cualquier exceso de casos de cáncer se habría limitado a quienes vivían al momento del ensayo atómico y los efectos en quienes nacieron en los años siguientes habrían sido demasiado pequeños como para esperar casos adicionales.
“La detonación nuclear expuso a los habitantes de Nuevo México a diversos niveles de radiación por la lluvia radiactiva, dependiendo en parte de la región del estado en que vivían y cuánto tiempo estuvieron dentro de estructuras protectoras en los meses posteriores a la prueba, y cuánta radiación ingresó en sus cuerpos mediante alimentos y agua contaminados”, según una síntesis de la investigación.
Radiación y cáncer
Los investigadores dejaron entrever en su trabajo que los niveles de exposición habrían sido sustancialmente más altos a la radiación secundaria natural exclusiva de las zonas más próximas ubicadas en el sentido del viento respecto del lugar de la detonación.
Los expertos enlistaron cinco condados —Guadalupe, Lincoln, San Miguel, Socorro y Torrance— basándose en un mapa del patrón de la lluvia radiactiva.
Desarrollado décadas atrás utilizando lecturas de radiación recabadas por científicos del gobierno en los primeros días tras el ensayo atómico.
La investigación más reciente también destaca que la mayor parte de la exposición en Nuevo México a causa de Trinity fue pequeña en comparación con la subsecuente exposición a la radiación del Sitio de Pruebas de Nevada y la lluvia radiactiva de las pruebas nucleares atmosféricas efectuadas en otras partes.
La lluvia radiactiva
Los científicos del gobierno jamás descartaron la posibilidad de lluvia radiactiva antes de proseguir con la Prueba Trinity.
La detonación cambió el curso de la historia, garantizando el fin de la Segunda Guerra Mundial y marcando el inicio de la era atómica.
En los 75 años que han transcurrido desde entonces, algunos habitantes han luchado para que el gobierno admita la situación.
Ellos han señalando que generaciones de personas lidian con los efectos de la explosión.
La investigación del instituto tiene lugar en momentos en que el Congreso sopesa una iniciativa que podría incluir a los afectados en Nuevo México en un programa federal de compensaciones para personas expuestas a radiación durante las pruebas atmosféricas o a empleados de la industrial del uranio.
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AP