Actualizado 15:59
Redacción Día a Día |
Hay quienes aseguran que los encurtidos eran parte del secreto de la belleza de Cleopatra. Aunque no podemos saber a ciencia cierta si esta aseveración es real, sí hay evidencias de que la práctica de encurtir, que implica sumergir alimentos en vinagre o salmuera, comenzó hace más de 4000 años, en la antigua Mesopotamia. No es difícil concluir que, a lo largo de los siglos, los encurtidos han sido disfrutados por varias culturas, incluidas las romanas, griegas y egipcias.
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Los egipcios, por ejemplo, ya utilizaban técnicas de conservación con vinagre y sal para extender la vida útil de frutas y vegetales. Para los romanos, por otro lado, no era solo una opción en la cocina; también utilizaban el vinagre como remedio para algunos problemas de salud.
El comercio y los viajes marítimos difundieron los encurtidos por Europa, Asia y África. En la Edad Media, eran especialmente valorados, ya que proporcionaban una fuente de vitaminas y nutrientes durante las travesías por mar.
En la actualidad, los encurtidos son parte de la cultura gastronómica de muchos países, como Corea, con su famoso kimchi o Alemania, Suiza, Hungría y Polonia con el tradicional chucrut.
Hoy en día, además, se valoran mucho sus beneficios para la salud, pues son una buena fuente de vitaminas, minerales y fibra. Son bajos en calorías, lo que los convierte en una gran opción para quienes buscan perder peso o mantenerlo. Eso sí, la recomendación es no excederse en su consumo.
Aunque las recetas y métodos han evolucionado con el tiempo, incorporando nuevos sabores y especias, el vinagre y la sal siguen siendo los ingredientes básicos para la preparación de encurtidos.
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