Una pareja residente en Hopkinton, Massachusetts, Estados Unidos, encontró una lápida de casi 300 años, oculta entre los árboles de su casa.
La lápida pertenecía a dos hermanas que murieron en 1736 y que fueron enterradas en Norwich, Connecticut, Estados Unidos.
Los dueños de la casa se contactaron con la Comisión de Historia de los Cementerios de Rhode Island y a los representantes del Proyecto de Arqueología Pública, para lograr determinar cómo es que la lápida llegó desde el cementerio en donde se instaló originalmente hasta su hogar.
Según RT, » El libro ‘Inscripciones en lápidas del antiguo cementerio de Norwich Town’ publicado en 1933 señala que la lápida de las hermanas Diadema Carew, de 4 años, y Lucretia, de 11 meses, en aquel momento se encontraba en el campsosanto. Las niñas murieron en 1736 con unos días de diferencia por difteria».
Tras la investigación, los expertos concluyeron que alguien pudo haber instalado la lápida en el terreno, en donde luego se construyó la casa, a manera de adorno, que era una costumbre frecuente en siglos anteriores.
Los trabajadores del cementerio de Norwich iniciaron una búsqueda para dar con la tumba de las pequeñas hermanas, pero no tienen resultado favorable. A pesar de ello sostienen que los restos de las niñas deben estar sepultados junto a otros miembros de su familia.