Claudio Formenton, un empresario italiano de 64 años, viajó a Costa de Marfil para encontrarse con una joven de la que se enamoró en las redes sociales, pero acabó en las manos de la mafia.
El 27 de noviembre del año pasado, el hombre tomó un avión rumbo a África para conocer en persona a Olivia Martens, mujer con la que mantuvo una relación virtual antes de iniciar el viaje.
Según informaron los medios locales, la joven, a la que únicamente vio en fotografías, no solo le habló de cosas personales, sino también le pidió dinero en varias ocasiones alegando que lo necesitaba para resolver algunos problemas legales.
No obstante, a pesar de supuestamente haber rechazado tales peticiones, el empresario decidió visitarla. A su familia le habría indicado que se tomaría una semana de vacaciones para ir a Costa de Marfil para colaborar con los misioneros de Villaregia en sus labores humanitarias.
Al llegar al aeropuerto, lo esperó un taxista enviado por Olivia con un cartel con su nombre y le dijo que lo trasladaría al lugar donde se va a encontrar con la joven. Sin sospechar que podría tratarse de una trampa, el hombre se subió al vehículo, que lo trasladó a un hotel donde permaneció secuestrado por tres días.
#venezia La Procura di Roma indaga sul sequestro di Claudio Formenton: emerge una verità parallela rispetto al volontariato per i missionari. Liberato dopo un blitz delle forze localihttps://t.co/Wy8KneArdP
— Corriere del Veneto (@corriereveneto) January 11, 2022
RESCATE DEL EMPRESARIO
Los amigos y familiares de Claudio Formenton alertaron a las autoridades de su desaparición tras no poderse comunicar con el empresario.
A través de la geolocalización de su teléfono celular consiguen dar con su paradero y tras una redada policial, lo rescataron en un hotel de la localidad de Bonoua después de tres días. Según detallaron las autoridades, el empresario pudo regresar a Italia sano y salvo.
Los investigadores suponen que Olivia nunca existió y se trata de un plan concebido para atrapar al ciudadano italiano. Y, al parecer, no fue la única víctima adinerada que cayó en las manos de los secuestradores a través de las redes sociales.