El sábado no fue el día de Donald Trump: su mitin en Tulsa (Oklahoma) no salió como planeaba. Donde esperaba ver una multitud de seguidores se encontró con un auditorio con menos de un tercio del aforo; una «hazaña» de la que usuarios de TikTok y seguidores de pop surcoreano (K-pop) aseguran que son en parte responsables, aunque es complicado que realmente lo lograran.
Y es que algunos apuntan a una campaña instigada por una profesora estadounidense de secundaria en la red social TikTok, en la que animaba a registrarse con antelación para el evento y luego no asistir, como posible culpable de ese auditorio medio vacío.
Sin embargo, lo cierto es que para acudir al mitin en el BOK Center de Tulsa, con una capacidad para 19.000 personas, aunque al final solo se llenó con 6.000, la campaña de Trump nunca fijó un límite al número de personas que podían registrase.
Además, para hacerlo, los interesados debían poner su número de teléfono, de gran utilidad para la base de datos del equipo electoral de Trump.
UNA PROFESORA QUE INSTIGA A LAS MASAS EN TIKTOK
Según la prensa local, el «troleo» al mitin de Trump comenzó con el llamado de Mary Jo Laupp, una profesora de Instituto de 51 años, en su canal en la red social TikTok, cuyo público mayoritario es adolescente.
«Todos aquellos que quieran ver ese auditorio de 19.000 asientos apenas lleno o completamente vacío reserven entradas ahora y déjenle (a Trump) solo en el escenario», dijo Laupp en un vídeo publicado la semana pasada.
Ahora el vídeo tiene más de 700.000 visualizaciones y se cree que fue el germen de una campaña que se extendió también por Facebook y Twitter, así como entre la comunidad de seguidores de K-Pop.
La iniciativa pretendía que todos aquellos que quisieran acogerse a ella se registraran para acudir al mitin con su número de teléfono, demandaran dos boletos -el máximo permitido por el sistema- y luego no acudieran al evento.
¿VICTORIA DE LOS TIKTOKEROS O FRACASO DE TRUMP?
Sin embargo, es improbable que esta campaña de TikTok fuera la culpable de que las gradas del BOK Center se vieran más vacías que las de un equipo de fútbol ya descendido, al no haber fijado ningún límite para registrase.
De hecho, la campaña de Trump solo subrayó que quienes llegaran más tarde al mitin se arriesgaban a quedarse sin asiento.
Esta no era la primera vez que se trataba de aplicar una estratagema similar: en septiembre de 2018, el Kansas City Star ya reportó un intento similar en un evento del presidente en Topeka (Kansas) que tuvo poco éxito, como otras intentonas posteriores.
UN DESCALABRO INESPERADO
De hecho, el equipo de campaña de Trump era consciente de la iniciativa en las redes.
El subdirector de Comunicaciones de la campaña de Trump, Erin Perrine, dijo a la cadena CNN antes del mitin que «los izquierdistas hacen esto todo el tiempo. Piensan que si se registran para (obtener) boletos dejarán asientos libres. No es el caso en absoluto. Siempre hay más peticiones de boletos que asientos libres en un mitin».
«Todo lo que están haciendo es darnos acceso a su información de contacto», indicó.
CULPABLES PARA LA CAMPAÑA TRUMP: BLACK LIVES MATTER Y LOS MEDIOS
Una vez pasado el mitin y lejos de la autocrítica, el jefe de la campaña de Trump, Brad Parscale, organizador del evento en Tulsa, apuntó en un comunicado como culpables a los medios de «noticias falsas por alejar a la gente del mitin por la COVID-19 y las protestas».
Parscale, incluso fue más allá y el domingo compartió en Twitter un artículo de The Gate Away Pundit que acusaba a «la mafia de Black Lives Matter» (las vidas negras importan), el movimiento detrás de las protestas raciales en EE.UU., de atacar a los seguidores del presidente en los alrededores del pabellón de Tulsa.
TRUMP ESTÁ TRISTE
Un Donald Trump descorbatado, con cara de cansado y apesadumbrado salió el sábado por la noche del helicóptero presidencial a la vuelta de Tulsa en una imagen que se hizo viral rápidamente en las redes sociales.
Al bajar del aparato, el presidente se limitó a saludar tímidamente con la mano a los reporteros que le esperaban en Washington D.C.
Un silencio, que según The New York Times, adoptó nada más abandonar el escenario.
Algo muy distinto a lo que este mismo diario asegura que se vivió en los momento previos del mitin, en los que tras echar un vistazo al auditorio, Trump habría abroncado vehementemente a algunos miembros de su campaña.
La ira parece que no solo se apoderó del presidente, sino que también de su hija y asesora, Ivanka, y de su yerno y también consejero, Jared Kushner, quienes, según CNN, están «enfadados» con Parscale.