Superar la infección de COVID-19 no siempre significa que el organismo del paciente vuelva a su condición anterior al contagio.
Y es que hay reportes de personas que superaron el COVID-19, pero que siguen teniendo un síntoma que los aquejó durante la enfermedad y que luego se convirtió en un tormento casi constante.
Por ejemplo, Marcel Kuttab, una joven sobreviviente al COVID-19, notó que su cepillo de dientes tenía un sabor como si estuviera sucio, entonces lo tiró a la basura para comprarse uno nuevo. Pero luego corroboró que el problema no era el cepillo, pues la pasta de dientes, la carne, el ajo y otros alimentos también tenían un sabor como si estuvieran podridos.
Kuttab terminó de convencerse de que se trataba de un síntoma persistente luego de meses de haber superado el COVID-19 cuando bebió una taza de café y la sensación que tuvo era de estar tomando gasolina.
Según el portal de noticias de Yahoo, » Todos estos eran síntomas de la alguna vez poco conocida afección llamada parosmia, la cual distorsiona los sentidos del olfato y el gusto«.
Si bien Kuttab sostiene que conforma pasa el tiempo, casi un año luego de curarse, ya puede tolerar ciertos alimentos, no tiene un panorama claro de hasta cuándo podrá recuperar del todo el sentido del gusto y del olfato.
Y es que esto no depende solo del optimismo o del estado del paciente tras superar el COVID-19, pues ni siquiera los científicos logran determinar un plazo definido que las personas deben esperar para poder disfrutar de su comida, teniendo en cuenta que no a todos afecta la infección de la misma forma.
La pandemia sigue causando estragos a nivel económico y social en todos los países del mundo. A pesar de ello hay localidades que suavizan las medidas de restricción gracias a que lograron desarrollar un plan de vacunación efectivo y masivo.