El presidente chino Xi Jinping llegó este martes a Wuhan, el epicentro de la epidemia de coronavirus, en su primera visita a esta ciudad, un signo de que las autoridades están empezando a controlar la propagación de la enfermedad.
Esta urbe del centro de China, capital de la provincia de Hubei, está totalmente aislada desde el 23 de enero.
Poco antes de la visita, el ministerio de Sanidad había publicado nuevas cifras esperanzadoras.
El número de nuevos contagios el martes fue solo de 19, lo que podría indicar que las drásticas medidas de aislamiento están dando resultado.
Se trata de una caída espectacular en relación a las cifras diarias de febrero. En comparación, Italia, el país de Europa más afectado, anunció el lunes 1.800 nuevos casos de contagio.
Xi Jinping, ausente cuando empezó la crisis, aparece desde febrero en los medios como el artífice de la lucha contra el nuevo coronavirus, dando «instrucciones» y «discursos importantes».
El martes, en Wuhan, el presidente visitó «nada más salir del avión» el hospital Huoshenshan, construido en solo diez días por un ejército de obreros, indicó la televisión oficial CCTV.
Según las imágenes de la agencia de prensa Xinhua, Xi Jinping, llevando mascarilla, habló con los enfermos y el personal médico por videoconferencia.
La «visita de inspección» de Wuhan, una ciudad de 11 millones de habitantes, también incluye reuniones con los habitantes, responsables políticos y funcionarios que aplican la cuarentena.
El nuevo coronavirus apareció en diciembre en Wuhan, antes de propagarse a la provincia de Hubei (centro), de la que es capital, y luego al resto del país y al mundo.
China tomó en enero medidas drásticas. La mayoría de ciudades de Hubei quedaron aisladas y en el resto del país millones de personas fueron puestas en cuarentena preventiva.
Aunque la población aprueba en general las medidas también hubo críticas por la lenta reacción inicial o las detenciones de personas críticas, acusadas de propagar falsos rumores.
La muerte de uno de esos denunciantes, el médico Li Wenliang, que murió del virus en febrero, provocó críticas contra el régimen e incluso llamamientos a la libertad de expresión.
«La visita de Xi Jinping en Wuhan está organizada para significar que la epidemia está bajo control», dijo a la AFP Hua Po, un analista político independiente de Pekín.
«Su visita sirve para volver a movilizar a la población y para demostrar que es el momento de retomar una vida normal y el trabajo», añadió.
En Wuhan, varios signos apuntan a la normalización. Catorce de los 16 hospitales de campaña están cerrados, los empleados del aeropuerto vuelven a trabajar y el número de nuevos casos diarios cae desde hace varias semanas.
Un alto responsable dio a entender la semana pasada que el confinamiento de Hubei podría terminar pronto. AFP