El papa Francisco recibió este lunes a la vicepresidenta de Ecuador, María Alejandra Muñoz, y le animó a gestionar las consecuencias de la pandemia de coronavirus con solidaridad y especial atención a los más vulnerables.
«Este encuentro con el papa Francisco ha sido el encuentro de todos los ecuatorianos a quienes les manda un profundo abrazo y una gran bendición. Ha estado y sigue estando muy pendiente de nosotros sobre todo en estos tiempos de pandemia», explicó Muñoz a su salida del Vaticano.
«El papa ha expresado su preocupación permanente por el Ecuador, su permanente cuidado y seguimiento de los temas que pasan en Ecuador, y nos ha mandado un abrazo y una bendición (…) realmente deseándonos que en estos momentos sea la solidaridad y la claridad la que prime y no el egoísmo y la confusión», afirmó.
La crisis del coronavirus estuvo presente en el encuentro entre el pontífice y la vicepresidenta ecuatoriana, quien percibió «muchas coincidencias y mucha esperanza» en sus palabras.
«Ha quedado como siempre muy claro que en toda política pública y en toda privada el centro debe ser el ser humano, el más pobre entre los pobres, que nadie puede quedar a un costado de la vida y que en estos tiempos ese es el principal desafío», subrayó.
Francisco, fiel a su magisterio, insistió en que «solo la sociedad que rompa radicalmente con el egoísmo y que plantee discusiones que siembren paz y elimine el odio, son sociedades que van a poder salir hacia adelante», relató la vicepresidenta ecuatoriana.
En el encuentro también se trató la cooperación entre la Santa Sede y el Estado ecuatoriano en materia de lucha contra el hambre, cuidado de la infancia y educación.
La vicepresidenta regaló al papa una rosa eterna con los colores de su país -amarillo, rojo y azul-, mientras que otra fue bendecida y la llevará de regreso. También le entregó un escapulario bordado por unas monjas de la provincia de Azuay (sur) que están superando la COVID-19.
El papa por su parte ha obsequiado a la vicepresidenta con sus encíclicas y un bajorrelieve que representa dos manos entrelazadas y que, a su parecer, «ratifican su mensaje de romper radicalmente el egoísmo», apuntó.
Posteriormente, como es habitual, Muñoz se reunió con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, para revisar los convenios bilaterales vigentes.
La vicepresidenta informó de que se ha logrado «poner sobre la mesa» el interés de incluir a los adolescentes de las casas de acogida en el programa educativo de la fundación pontificia Scholas Occurrentes, al que actualmente no pueden acceder.
También han coincidido en la necesidad de trabajar conjuntamente contra la desnutrición crónica infantil en Ecuador y se han estudiado los convenios que tienen que ver con la asistencia a niños con enfermedades catastróficas (graves).
Muñoz, delegada por el presidente Lenín Moreno en la tarea de reducir los daños sociales del coronavirus, ha emprendido una gira por Europa en busca de cooperación internacional para la infancia y tras pasar por España y el Vaticano, seguirá en Italia y Países Bajos.
En Italia mañana 10 de noviembre se reunirá con la coordinadora mundial de Scholas Occurrentes para abordar la inclusión en sus programas de jóvenes sin familia.
Y un día después mantendrá un encuentro con subdirector ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, Amir Abdulla, en busca de ampliar la cobertura de la cooperación en la lucha contra la desnutrición crónica infantil en Ecuador.