El papa Francisco rechazó el jueves la renuncia presentada por el cardenal alemán Reinhard Marx por un escándalo de abusos sexuales en la Iglesia alemana, aunque dijo que debe iniciarse un proceso de reforma y que todos los obispos deben asumir la responsabilidad por la “catástrofe”.
Francisco escribió una carta a Marx en respuesta al inesperado anuncio del prelado la semana pasada de que había presentado su renuncia como arzobispo de Múnich y Frisinga por la mala gestión de los casos de abusos en la Iglesia.
El pontífice rechazó la renuncia y dijo en la carta a Marx, uno de los asesores más cercanos del papa, que debe continuar en su puesto de arzobispo y “guiar mi rebaño”.
El papa añadió que en lugar de eso debe haber un proceso de reforma “que no consista en palabras, sino en actitudes que tengan el valor de ponerse en crisis, o de asumir la realidad sin importar las consecuencias”.
La misiva de Francisco pareció darle a Marx el respaldo papal para seguir adelante con el proceso polémico de reforma de la Iglesia alemana que comenzó como una respuesta a la crisis de los abusos sexuales. El “Camino Sinodal” desató una resistencia férrea en Alemania y fuera del país, principalmente de los conservadores que se oponen a abrir cualquier tipo de debate sobre cuestiones como el celibato de los sacerdotes, el papel de la mujer en la Iglesia y la homosexualidad.
La prontitud con que el papa Francisco rechazó rotundamente la renuncia de Marx resultó curiosa y sugirió que el drama podría tratarse de una maniobra de alguna manera actuada, quizá para dar a Marx el respaldo para las reformas.
Marx había dicho que por meses había estado considerando renunciar y que había discutido la posibilidad con el papa. El cardenal alemán agregó que decidió hacer pública su carta de renuncia el 4 de junio, tras recibir permiso del pontífice.
En un periodo de una semana, Francisco había publicado su respuesta, y la correspondencia entre ambos se dio a conocer públicamente en una variedad de idiomas.
La decisión del papa de mantener a Marx en el cargo fue recibida con agrado por el líder del grupo alemán influyente ZdK, o Comité Central de Católicos Alemanes, que está involucrado en el proceso de la reforma.
“Me alegra que mantengamos al cardenal Marx como una voz firme, no menos con una visión para el Camino Sinodal”, dijo el líder del ZdK, Thomas Sternberg, al periódico Rheinische Post.
Sin embargo, el grupo prominente Eckiger Tisch, que representa a las víctimas de abusos sexuales cometidos por el clero en Alemania, lamentó que la decisión de Francisco haya privado a la oferta de Marx de su impacto radical. En un comunicado, el grupo señaló que Marx había orientado la responsabilidad a todos los obispos —incluyendo al papa mismo— por el “sistema de abuso y encubrimiento” de la Iglesia.
“Ahora el papa simplemente está moderando el impacto de esta percepción y, al hacerlo, también exonera a su propia oficina”, recalcó el grupo. “No queda mucho del nuevo inicio radical que insinuaba la oferta de renuncia del cardenal Marx”.
El grupo añadió que el papa debió haber escuchado a las víctimas alemanas de abuso sexual del clero antes de tomar su decisión.
En 2018, un reporte comisionado por la Iglesia concluyó que al menos 3.677 personas sufrieron de abuso sexual del clero en Alemania entre 1946 y 2014. Más de la mitad de las víctimas tenían 13 años o menos al momento de sufrirlo y cerca de una tercera parte de ellos eran monaguillos.