El papa Francisco expresó el domingo su «preocupación» por las crecientes tensiones entre el gobierno de Nicaragua y la Iglesia católica, dos días después de la detención del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, crítico con el presidente Daniel Ortega.
«Sigo de cerca con preocupación y dolor la situación creada en Nicaragua, que implica a personas e instituciones,» dijo el pontífice tras la oración del Ángelus.
Francisco expresó su «convicción y esperanza de que a través de un diálogo abierto y sincero se puedan encontrar aún las bases para una convivencia respetuosa y pacífica».
Sigo con preocupación y dolor la situación de Nicaragua. Quisiera expresar mi convicción y mi esperanza de que, a través de un diálogo abierto y sincero, se puedan seguir encontrando las bases para una convivencia respetuosa y pacífica. #Recemosjuntos
— Papa Francisco (@Pontifex_es) August 21, 2022
DETNCIÓN DE ROLANDO ÁLVAREZ
Una portavoz del jefe de la diplomacia europea Unión Europea (UE), Josep Borrell, dijo que la UE «sigue de cerca la situación con preocupación».
Reiteró la posición de la UE en el sentido de que los «nicaragüenses deben encontrar una solución pacífica y diplomática a su crisis política a través del diálogo».
Rolando Álvarez, crítico del presidente nicaragüense Daniel Ortega, fue detenido el viernes y trasladado a su residencia familiar en Managua donde permanece privado de libertad, en el último episodio del enfrentamiento entre el gobierno y la Iglesia católica.
La policía precisó que tomó la decisión de trasladar a Álvarez debido a que persistía en sus actividades «desestabilizadoras y provocadoras».
Álvarez, de 55 años, estaba sitiado en la curia de Matagalpa por la policía desde el 4 de agosto en el marco de una pesquisa por «organizar grupos violentos» e incitar al «odio» para «desestabilizar al Estado de Nicaragua».
El obispo había denunciado el cierre por parte de las autoridades de cinco emisoras católicas. Y también había reclamado al gobierno de Daniel Ortega respeto a la «libertad» religiosa.
IGLESIA CATÓLICA Y EL GOBIERNO DE NICARAGUA
El arresto del obispo nicaragüense Rolando Álvarez es el capítulo más reciente de un último año especialmente convulso para la Iglesia católica de Nicaragua con el Gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega, quien ha tildado de «golpistas» y «terroristas» a los jerarcas.
Las tensiones se remontan a abril de 2018 cuando estalló una revuelta popular, originada por unas controvertidas reformas a la seguridad social; calificada como intento de golpe de Estado por Ortega, que las neutralizó a la fuerza.
El pasado 4 de octubre, Ortega inició su campaña de cara a su quinta reelección presidencial -que ganó con sus principales rivales en prisión-, con un discurso centrado en atacar a los obispos que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país.
El líder sandinista aseguró que los obispos nicaragüenses, en medio de la revuelta, le dieron un «ultimátum» para que dejara el poder en 24 horas; y luego de ese encuentro, según dijo entonces: «dijimos que teníamos que recuperar la paz, porque en esos días no había paz en Nicaragua, lo que había era terror, y el país estaba paralizado».
La Policía Nacional y civiles encapuchados y armados, afines al sandinismo, neutralizaron las manifestaciones antigubernamentales; dejando al menos 328 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Aunque organismos locales elevan la cifra a 684 y el Gobierno reconoce 200.
ARRESTAN A SACERDOTES
En junio pasado, las autoridades nicaragüenses detuvieron al primero de los siete sacerdotes que guardan prisión hasta el día de hoy.
Se trata de Manuel García, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno, en el municipio de Nandaime (suroeste); parroco que fue enjuiciado y condenado por violencia doméstica en contra de una mujer que pasó de víctima a acusada por no inculpar al religioso.
Los otros presbíteros detenidos son Leonardo Urbina, enjuiciado por el supuesto delito de abuso sexual a una menor; y Óscar Benavidez, a quien de momento no le han formulado cargos.
Además José Luis Díaz, Sadiel Eugarrios, Ramiro Tijerino y Raúl González, todos de la Diócesis de Matagalpa (norte).
La Policía también ha ingresado por la fuerza y allanado una parroquia; impedido a los feligreses recibir la eucaristía dentro del templo y sitiado a otros sacerdotes en sus iglesias.
Igualmente, ha prohibido a la Arquidiócesis de Managua la procesión con la imagen peregrina de la virgen de Fátima.
Con información de AFP y EFE