Era un hecho que la Gira de la PGA se quedaría algún día sin Tiger Woods, simplemente por su edad. El hecho de que la pierna derecha del golfista haya quedado gravemente lesionada a raíz de un accidente vial en los suburbios de Los Ángeles hace que esa realidad parezca más cercana.
Nadie en el mundo del golf parecía listo el miércoles para vislumbrar el futuro de su mayor astro, quien tiene 45 años y se ha sometido a su décima y más complicada cirugía. Por ahora, sólo hay alivio de que esté con vida.
“Escuchen, cuando Tiger quiera hablar de golf, hablaremos de golf”, dijo Jay Monahan, el comisionado de la PGA, en la sede del World Golf Championship en Florida. “Cuando alguien debe superar todo lo que él necesita superar, creo que cuenta con el amor de los golfistas y de todos los que estamos acá. Ese sentimiento surgirá en una gran forma y desde todo el mundo del deporte.
“Pienso que él sentirá esa energía, y pensamos que eso es en lo que todos deberíamos enfocarnos”.
Woods dejó claro lo que enfrenta el miércoles por la madrugada, cuando su equipo describió en las redes sociales un “largo procedimiento quirúrgico” en el Harbor-UCLA Medical Center.
El jefe médico Anish Mahajan dijo que Woods se rompió la tibia y el peroné derechos en varios puntos. Esas lesiones debieron ser estabilizadas mediante un perno en la tibia.
Mahajan añadió que una combinación de tornillos y clavos fueron colocados para estabilizar las lesiones adicionales en el tobillo y el pie.
Se habían practicado cuatro cirugías previas para reparar ligamentos en la rodilla izquierda. Es la primera vez que Woods sufre un traumatismo severo en la rodilla derecha.
El deportista se ha sometido a cinco cirugías lumbares en los últimos siete años. La más reciente fue en diciembre, una microdiscectomía para retirar un disco presionado que pellizcaba un nervio.
“Yo diría que, sin duda, es mucho muy improbable que él vuelva a ser un golfista profesional después de esas lesiones”, dijo el doctor Michael Gardner, jefe de traumatología ortopédica en el Centro Médico de Stanford. “Su edad, sus múltiples problemas de espalda hacen que este camino vaya a ser muy largo si es que decide volver a su nivel anterior en el golf”.
¿Puede este deporte continuar sin el jugador que más ha fomentado su crecimiento?
Su triunfo en el Masters de 1997 elevó a niveles nunca antes vistos el interés por el golf. Woods era más que el primer golfista de herencia negra que se había ceñido la chaqueta verde otorgada al campeón del certamen.