El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), con el apoyo técnico del Ministerio de Salud Pública, realizaron el estudio “Consecuencias socioeconómicas del embarazo en la adolescencia en Ecuador – Implementación de la metodología para estimar el impacto socioeconómico del embarazo y la maternidad adolescentes en países de América Latina y el Caribe – Milena 1.0”.
Esta metodología fue desarrollada por UNFPA Latinoamérica y el Caribe con el objetivo de evidenciar las consecuencias socioeconómicas del embarazo en la adolescencia que afectan a las niñas y adolescentes, así como a las sociedades y Estados en su conjunto. Esta metodología se ha aplicado en varios países de la región, tales como, Argentina, Colombia, México, Guatemala, Paraguay y Ecuador.
El estudio evidencia que el embarazo adolescente tiene un alto costo económico para el Estado, no solo por los costos de la atención en salud, sino por la pérdida de oportunidades. Según la investigación, los costos totales anuales debido al embarazo en la adolescencia y la maternidad temprana ascienden a cerca de $270 millones de dólares, equivalentes al 0,26% del PIB nominal.
Este costo se desagrega en dos partes: el primero es el costo promedio para la sociedad, equivalente a $187 millones de dólares, relacionados con el costo de oportunidad en la actividad productiva: inactividad laboral, desempleo y brecha de ingresos entre mujeres que tuvieron su hijo o hija en la adolescencia y las que fueron madres en la edad adulta. El segundo, de $83 millones de dólares, es el costo sanitario para el Estado debido a los gastos de atención en salud por embarazo, parto y posparto en la adolescencia y la pérdida social o productiva por la mortalidad materna en adolescentes. Además, según este estudio, el Estado ecuatoriano deja de percibir $9,6 millones de dólares por año en ingresos fiscales.
Las mujeres que fueron madres en la adolescencia están en desventaja frente a quienes postergaron su maternidad hasta la edad adulta. Las brechas más importantes son educativas y por ingresos laborales. De acuerdo con los datos levantados, quienes no fueron madres en la adolescencia tienen 6% más probabilidad de terminar la educación primaria y secundaria y 11% más de llegar al nivel de educación superior.