El Día de los Solteros, el doble once (día 11 del mes 11), la jornada en la que las plataformas de comercio electrónico de China fomentan el consumismo con ofertas suculentas va camino, un año más, de alcanzar una nueva plusmarca de facturación.
A las 18.04 horal local (10.04 GMT), una pantalla del centro de datos JD -uno de los gigantes chinos del sector, junto con Alibaba- mostraba que se habían facturado casi 252.000 millones de yuanes (38.067 millones de dólares o 32.314 millones de euros).
En el caso de Alibaba y sus múltiples plataformas, el récord llegó con solo media hora de la jornada transcurrida: 372.300 millones de yuanes (56.200 millones de dólares o 47.797 millones de euros), frente a los 268.444 millones de yuanes (40.522 millones de dólares o 34.463 millones de euros) de 2019.
Pero son cifras con trampa ya que, en 2020, el día con más «unos» del calendario (de ahí su denominación de Día de los Solteros), esta declaración de amor a las compras se ha ampliado y el pistoletazo de salida fue el día 1 del mes.
Sea como fuere, la pandemia de coronavirus le ha dado alas al comercio electrónico, y así lo ha admitido el vicepresidente de ventas de JD, Ling Chenkai.
«La principal diferencia respecto al año pasado ha sido el impacto de la pandemia. Un impacto positivo para un crecimiento rápido», ha reconocido Ling ante los medios desplazados a la central de la empresa, en el sur de Pekín, entre ellos Efe.
Con la población confinada durante semanas, el comercio electrónico fue el recurso más cómodo para los chinos (al igual que sucedió en otros países del mundo) y, en algunos puntos, casi el único para aprovisionarse: fue un empujón decisivo a un sector de por sí en crecimiento en la potencia asiática.
En los datos proporcionados por JD puede verse, por ejemplo, que quienes más bebidas alcohólicas compran en su plataforma residen en las ciudades orientales de Jinan, Nankín y Qingdao, mientras que los residentes del polo tecnológico meridional de Shenzhen gastan su capital en oro y plata.
Entre los productos importados, destacan los estadounidenses y los japoneses, con la empresa tecnológica norteamericana Apple a la cabeza, seguida de la nipona Sony.
De hecho, el producto importado más vendido en JD son los teléfonos iPhone de Apple.
El vicepresidente de JD también apunta a que las ventas por internet de los productos relacionados con la salud y el consumo de verduras y frutas frescas han aumentado.
Y aunque el coronavirus les haya hecho crecer aún más en China, la situación es distinta si las empresas ponen la vista en una expansión internacional, en un momento en el que buena parte del planeta pugna contra la pandemia.
«JD se está convirtiendo en el Amazon de China», comenta un representante de la compañía frente a la cadena de distribución logística. «Pero nos expandiremos dependiendo de las condiciones en el extranjero».
Quienes no ven con buenos ojos ni el Día de los Solteros ni la expansión de este tipo de empresas son los colectivos ecologistas, conscientes del impacto ambiental que provocan el consumo desaforado y su consecuente generación de residuos.
«El Grupo Alibaba y JD.com son responsables de sus prácticas comerciales de uso intensivo de plástico, su impacto sobre el cambio climático y la basura que vierte en las comunidades», apuntó la rama de Asia Oriental de la organización ecologista Greenpeace a través de su perfil de la red social Twitter.
Otra de las sombras del día para estas dos firmas fue su desplome en la Bolsa de Hong Kong, de más del 9 % para ambas, como consecuencia de un borrador de ley antitrust propuesto por Pekín y sobre el que -preguntado por los periodistas- el vicepresidente de JD eludió pronunciarse.
Por su parte, la organización defensora de los derechos laborales China Labour Bulletin, volvió a mostrar hoy su preocupación por las condiciones de los empleados de estas empresas.
«El comercio electrónico es inherentemente precario», dijo, y apostilló que en los últimos 12 meses han contabilizado 29 protestas laborales por parte de repartidores, la mayoría de ellas, para demandar el pago de sueldos atrasados, pero también por aumentos salariales o contra las largas jornadas laborales. EFE