“Si no trabajo, no como”, dice Beatriz, ciudadana de 63 años, quien es dueña de una tienda. Asegura que la administra y trabaja para solventar sus gastos; ella no es beneficiaria del seguro social. Además, padece diabetes.
Y es que Beatriz es sólo una de los más de 2 millones de adultos mayores que existen en el país, y que de acuerdo a la Sociedad de Geriatría y Gerontología del Ecuador, la mayor parte de ellos envejecen sin políticas públicas.
“Un gran porcentaje de nuestra población vive en situaciones de pobreza y pobreza extrema”, afirma Evelyn Campoverde, vicepresidenta de la entidad.
Además, según las estadísticas que maneja el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), en Ecuador, el 45% de adultos mayores viven en pobreza extrema, el 14% son víctimas de negligencia y abandono y el 74,3% no accede a la seguridad social.
En este contexto, Campoverde invita a todos los candidatos a cargos públicos y quienes ya los ocupan a enfocarse en este sector, a incluir a los adultos mayores en sus planes de trabajo, a invertir más presupuesto para la creación de entornos que permitan la movilidad, centros de esparcimiento, entre otras opciones.
La creación de políticas públicas y desarrollo de campañas educativas para erradicar la discriminación al adulto mayor son urgentes, pues les permitiría un mejor estilo de vida.
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