Los restos de al menos siete migrantes ecuatorianos han sido encontrados en la frontera de México con Estados Unidos en lo que va del año. Por quebrantos en la salud o en manos de organizaciones narcodelitivas, muchos compatriotas mueren y sus cuerpos nunca aparecen en medio de la ola migratoria.
Hace 18 días, Kevin Andrés Lucero, un joven migrante de 18 año, junto a su hermano emprendieron la travesía hacia Estados Unidos sin saber que ese viaje se convertiría en la última aventura que vivirían.
Los jóvenes llegaron a Ciudad México desde donde partieron el pasado fin de semana hacia la frontera. Sin embargo, el domingo llamaron a su hermano mayor, Jonathan Luceron, el único que se encontraba en Gualaceo, para darle la lamentable noticia.
Jonathan cuenta que su hermano se sintió mal en el camino, de repetente se dasvaneció y solo pudieron confirmar su fallecimiento pues se encontraba sin signos vitales. Su otro hermano lo vio agonizar y decidió permanecer junto a su cuerpo, donde patrullas policiales los encontraron.
Esta es una de las dolorosas historias que está dejando esta nueva ola migratoria, principalmente en zonas rurales.
William Murillo, vocero de la organización 1 800 migrantes señala los peligros a los que se exponen los compatriotas al intentar cruzar la frontera de México con Estados Unidos. «Están expuestos a que sean interceptados por las mafias internacionales y que sean vendidos. Es muy común que las mujeres sean violadas o prostutuidas. A los hombres que no quieren unirse a las filas narcoterroristas los asesina».
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