Los efectos de consumir alimentos contaminados con plomo pueden ser devastadores para la salud, según advierten expertos en salud pública. El plomo es una sustancia tóxica que puede causar daños graves en el sistema nervioso, especialmente en los niños, cuyo desarrollo cerebral puede verse afectado de forma irreversible.
Un reciente estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que el consumo de alimentos contaminados con plomo es una preocupación creciente en todo el mundo.
El plomo puede encontrarse en alimentos como frutas, verduras, carnes y pescados, debido a la contaminación del suelo y el agua.
Los efectos de la exposición al plomo pueden incluir problemas de aprendizaje, déficit de atención, trastornos del comportamiento, daños en los riñones y el hígado, entre otros.
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Además, la exposición prolongada al plomo también puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y cáncer.
Ante esta situación hay varias acciones que se pueden realizar para reducir la exposición al plomo. Entre ellas están: lavar cuidadosamente las frutas y verduras antes de consumirlas, evitar el uso de utensilios de cocina que puedan estar contaminados con plomo, y buscar productos orgánicos certificados que garanticen la ausencia de esta sustancia tóxica.
La reciente alerta sobre la presencia de plomo en productos de usos cotidianos, como la canela en polvo, desencadenó una alarma en Ecuador. En noviembre, la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) reveló que lotes de canela importada estaban contaminados con cromato de plomo.
Según Gabriela Yánez, investigadora de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), explica que el plomo se acumula en el organismo al ser ingerido. Sus efectos pueden ser perjudiciales, especialmente, en cantidades significativas.
En los niños, puede interferir con el desarrollo cognitivo y el crecimiento. Mientras que, en los adultos, puede contribuir a problemas cardiovasculares, entre otros.
La investigadora también señaló que las mujeres embarazadas podrían ser las más afectadas. Esto debido a que puede provocar efectos neurológicos graves en el feto e incluso un aborto.