Los ecuatorianos Karl Egloff y Nicolás Miranda protagonizaron una de las mayores proezas dentro del montañismo. Escalaron el Makalu, la quinta montaña más alta del mundo, y alcanzaron un récord mundial.
Los deportistas escalaron por encima de los 8 436 metros de altitud sobre el nivel del mar, en un tiempo de apenas 17 horas de ida y regreso. Rompieron así un récord mundial en escalada de velocidad.
Su marca cobra más relevancia aún por no haber usado oxígeno complementario durante el ascenso de la quinta montaña más alta de la Tierra, en la zona Mahalangur del Himalaya, en la frontera entre China y Nepal.
«Nuestro objetivo era ser los primeros seres humanos en lanzar un ‘single push’ (campamento base – cumbre) donde no duermes. Nadie había logrado de la cumbre retornar al campamento base en una sola jornada», dijo Egloff, emocionado.
Fue un logro «de locos», compartió Miranda, quien contó que al darse cuenta de su logro y verse inmersos en los peligros de la montaña se dieron cuenta de del valor de su hazaña.
«Cuando nosotros bajamos la noticia ya estaba corriendo por toda Europa. Los medios europeos estaban moviendo todo lo que hicimos, sin duda alguna la cultura montañera es más fuerte allá», mencionó Miranda.
A pocos metros de la cumbre tuvieron vientos y neblina que les hacía imposible el paso pero cuando estaban a punto de abortar el cielo se abrió.
Este logro no es una casualidad. Los dos deportistas han competido durante años en carreras de aventura. Para esta hazaña, los ecuatorianos tuvieron un mes de preparación por encima de los 5 700 metros.
El tiempo total destinado para ascender y descender el Makalu fue de 17 horas y 18 minutos. El próximo objetivo será romper el récord de velocidad de ascensión al Éverest.
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