Una alpaca neozelandesa fue condenada a ser sacrificada por dar positivo a tuberculosos bovina en dos ocasiones.
Pero la dueña de la alpaca, la granjera Helen Macdonald, dijo que está lista para impedir que el animal sea sacrificado.
La mujer inició una campaña de financiación colectiva que recibió el apoyo de ochenta mil personas, entre las que figuran varias celebridades que apoyan la posición de Macdonald para que la alpaca no tenga que morir.
“No puedo quedarme al margen y dejar que maten a mi animal y estoy dispuesta a interponerme en el camino de cualquier pistolero que venga a destruir a Gerónimo«, comentó Macdonald a medios locales.
La mujer detallo que un animal como la alpaca muere en pocos meses cuando se infectan con tuberculosis, pero en el caso de Geronimo han pasado cuatro años desde su diagnóstico y por ello la mujer quiere evitar su sacrificio.
En tanto a las autoridades locales notificaron a Macdonald que el mismo veterinario de Geronimo tendrá que ejecutar el sacrificio de la alpaca, de lo contrario dispondrán un equipo especializado que se presente en la granja junto con la policía para que ejecute el sacrificio del animal.
Los animales de granja pueden dar recursos a los humanos y en muchas ocasiones son considerados domésticos por lo que sus dueños crean un vínculo afectivo mayor con estos. En ese sentido se puede comprender el hecho de que la mujer no quiera separarse del animal, más allá de todo.