Dos exagentes de tránsito fueron sentenciados a cinco años de privación de libertad en el caso en el que también son procesados Abdalá Bucaram y su hijo Jacobo Bucaram.
La audiencia de evaluación y preparatoria de juicio por el presunto delito de delincuencia organizada, causa penal que se sigue en contra del expresidente Abdalá Bucaram Ortiz, su hijo Jacobo Bucaram Pulley, el australiano Oren Sheinman, tres agentes de tránsito y otras tres personas más por la adquisición y comercialización de 21 000 pruebas rápidas para la detección de covid-19 en plena emergencia sanitaria, debía instalarse este jueves pero la defensa de los Bucaram solicitó una vez más el diferimiento.
La defensa alegó que se encontraban en otra audiencia en Guayaquil a la misma hora. La jueza de garantías penales María Elena Lara les aceptó el pedido y anunció que señalará una nueva fecha y hora.
Pero pese al diferimiento de esa diligencia, la magistrada instaló la audiencia de procesamiento abreviado a la que se sometieron dos exagentes de la AMT. Ellos aceptaron su participación en los hechos, se declararon culpables en calidad de autores. Basada en los más de 35 elementos de convicción presentados como parte del expediente del caso, la jueza emitió sentencia condenatoria; y aceptó la pena privativa de libertad de cinco años sugerida por Fiscalía.
CORRUPCIÓN EN PANDEMIA
Fiscalía logró demostrar que los exagentes desempeñaron un rol de liderazgo dentro de la organización delictiva. Los sentenciados se valieron de sus cargos como escoltas de seguridad presidencial para acompañar a los extranjeros Oren Sheinman y Shy Dahan, este último asesinado en la Penitenciaría del Litoral el 8 de agosto del año pasado en circunstancias que aún son investigadas.
Los exagentes utilizaron motocicletas dadas en logística por la AMT. Uno de ellos incluso recibió 5 000 dólares beneficiándose directamente. Además ayudaron a gestionar credenciales falsas de la Administración de Control de Drogas (DEA) para que los extranjeros no tuviesen problemas de posibles controles policiales y militares mientras trasladaban las pruebas para covid-19.
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