Mientras la madre del presunto responsable de la muerte de Lisbeth Baquerizo, rendía su versión, se recibió una llamada de alerta de bomba en el edificio donde se realizaba la diligencia, por lo que fue suspendida.
El padre y los hermanos no acudieron, por lo que volverán a ser llamados.
Los padres de Lisbeth y algunos familiares y amigos continúan haciendo plantones en los exteriores de la Fiscalía, en el centro de Guayaquil. Piden justicia para que los acusados sean detenidos.
Lisbeth Baquerizo, de 30 años, habría asesinada por su conviviente con un objeto contundente. Hicieron creer que ella se habría caído de las escaleras en la casa en la que vivía junto a su esposo. Aparentemente se manipuló el cuerpo.
Por el delito de fraude procesal se investiga a los padres del sospechoso.
Prueba de luminol
Entre las pericias que realizó la policía en la casa de la vía a la Costa está la prueba de luminol, que reveló rastros de sangre en varias partes de la vivienda, como en el baño, sala y cocina.
Eso indicaría que el cuerpo de la víctima fue manipulado en reiteradas ocasiones y la escena la habían limpiado para despistar el violento crimen.
El informe de la autopsia indica que la mujer de 30 años murió por un traumatismo cráneo encefálico a causa de dos heridas causadas por un objeto contundente. Es decir habría recibido golpes con un objeto pesado y con filo, el cual aún no es hallado.
Las heridas habían sido selladas con pegamento y con el pelo las taparon para que la familia de la joven no las notara.
El día que los agentes de la Dinased retiraron el cadáver de la sala de velación para llevarlo al laboratorio de criminalística y hacerle la autopsia, el presunto femicida huyó en su vehículo. En su fuga por poco atropelló a un policía.
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