Día Mundial de la Prevención del Suicidio: Señales de alarma y cómo actuar

Entre el 2000 y 2019 la tasa de suicidio estandarizado aumentó un 17% en la región de las Américas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Frente a ese problema de salud pública, el 10 de septiembre de cada año se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio.

De acuerdo con Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cerca de 100 000 personas se suicidan cada año y «muchas otras luchan contra pensamientos y comportamientos suicidas«.

Barbosa apunta a las herramientas para reducir las muertes autoinfligidas. Entre ellas constan reducir los medios usados para el suicidio, desarrollar las habilidades socioemocionales en adolescentes y promover la detección temprana y tratamiento oportuno.

En 2023 Ecuador cerró con 1 109 casos de suicidio. Aunque representa 3% menos que el año anterior, aún representa un problema de salud pública en el país.

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Desde diciembre el país cuenta con la Ley de Salud Mental que «garantiza el acceso a servicios de salud mental y medicamentos». Asimismo, se espera la elaboración del Plan Nacional de Salud Mental que debe elaborarse junto a los gobiernos autónomos descentralizados.

En Ecuador la línea del MSP está disponible las 24 horas. A través del 171, opción 6, los usuarios pueden acceder a atención con profesionales de la salud.

En Quito, a través de la Secretaría de Salud, se ofrece atención con psicólogos y psiquiatras de manera gratuita. También incluye teleconsulta que se puede solicitar a través de la línea 101, opción 9.

Dentro de la Secretaría constan 98 profesionales de salud mental. Entre febrero y septiembre se han registrado 10 000 atenciones.

Señales de alarma

De acuerdo con la Cruz Roja, hay señales de alarma que permiten reconocer a una persona que está en riesgo de suicidio. Y recuerda que de cada 10 personas que concretaron su propia muerte, nueve mostraron señales.

Estos son algunos comportamientos o acciones que pueden mostrar a un familiar, amigo o compañero en riesgo inminente:

  • Que la persona verbalice abiertamente la intención de querer suicidarse. 
  • Interés por el tema de la muerte y explore formas de suicidio. 
  • Que lleve a cabo conductas de cierre: cuentas bancarias, testamento, se despida de personas de su entorno, regale objetos valiosos para la persona, etc. 
  • Cambios bruscos en el estado de ánimo de la persona. En muchas ocasiones, la persona muestra una mejora repentina e inexplicable de su estado de ánimo, que puede deberse al alivio que siente al haber tomado ya la decisión de quitarse la vida. 
  • Cambios de humor repentinos. 
  • Abuso de drogas.
  • Tomar riesgos excesivos.
  • Cambios en los patrones de sueño.
  • Bajo rendimiento académico.
  • Ausencia de actividad física .
  • Abandono de actividades que le resultaban placenteras.
  • Cambios en la alimentación.
  • No querer salir de su dormitorio, ni con sus amistades.

¿Cómo actuar?

Al contrario de lo que se cree, hablar abiertamente sobre el suicidio no provoca que la persona en crisis tome la decisión definitiva. Más bien se convierte en una puerta para conectar con las personas del entorno y hallar la ayuda necesaria.

De acuerdo con la Clínica Mayo, lo primero que hay que hacer es preguntar y mostrarse sensible.

  • ¿Cómo haces frente a lo que está sucediendo en tu vida?
  • ¿Sientes alguna vez ganas de darte por vencido?
  • ¿Piensas en la muerte?
  • ¿Estás pensando en hacerte daño?
  • ¿Estás pensando en suicidarte?
  • ¿Has pensado antes en suicidarte o has intentado hacerte daño?
  • ¿Has pensado en cómo o cuándo lo harías?
  • ¿Puedes conseguir armas o algo que sirva como tal para hacerte daño?

Una vez identificada la situación es primordial mostrar apoyo y buscar ayuda en instituciones de atención piscológica. Estos pasos deben seguirse aunque el suicidio no represente un riesgo inminente.

Es importante mantener el respeto y validar los sentimientos de la persona que se encuentra atravesando por una situación mental complicada. No se recomienda tratar de disuadir, ya que aunque ese individuo «no piense con lógica, sus emociones son reales«, recalca Mayo.

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