Cuando el Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) anunció a Qatar como país sede del Mundial fue una sorpresa para los fanáticos del fútbol.
Hace décadas la FIFA decidió expandir sus fronteras y entregó a países con poca tradición futbolera la tradición de ser sede de la Copa del Mundo. El cambio inició con Estados Unidos en 1994 y continuó hasta Rusia 2018.
Indonesia y México fueron dos de los países que mostraron interés, sin embargo, al poco tiempo dieron un paso al costado.
Corea del Sur, Japón y Estados Unidos también conformaron la lista de las posibles sedes pero no la obtuvieron por diferentes razones. A los surcoreanos les falta una cancha de 80 000 espectadores; mientras que a los japoneses se les otorgó el Mundial de Rugby 2019, los Juegos Olímpicos 2020 y serán sede del Mundial de Básquet 2023. Y Estados Unidos fue designado para organizar la Copa del Mundo 2026 junto a Canadá y México.
Por su parte, Qatar con el apoyo financiero, la creación de estadios de primer nivel con tecnología de punta, instalaciones adecuadas para recibir a los aficionados y la corta distancia entre los estadios se convirtió en la sede del Mundial de este año.
Este país no solo ofrece una fiesta del fútbol con una amplia e impresionante organización sino que también lo harán con todas las comodidades para que los aficionados no recorran más de 55 kilómetros para presenciar cada partido.