En Brooklyn, Nueva York, una niña de 9 años realizó una desgarradora llamada al 911 después que su padre mató a su madre y a sus dos hermanas durante su fiesta de cumpleaños.
La desgarradora llamada de emergencia se realizó en medio del derramamiento de sangre ocurrido el pasado lunes por la noche durante la celebración por su cumpleaños. La menor se escondió en un armario para llamar a un operador.
Según manifestó el jefe de detectives de la policía de Nueva York, James Essig, la situación fue realmente desgarradora. “Ella solo estaba llamando al 911, ya sabes, si puedes imaginarte, es horrible, al 911, diciendo: Papá venía para mi cumpleaños y le disparó a la gente«, dijo.
Además, la niña le dijo al operador del Servicio de Atención de Llamadas de Emergencia 911: «Papi vino a mi cumpleaños… No trajo regalos«.
Tras la llamada, la Policía se dirigió al domicilio donde encontrearon a las tres víctimas, dos en el pasillo y una en la sala. Las víctimas fueron identificadas como Rasheeda Barzey, de 45 años; Solei Spears, de 20; y Chloe Spears, de 16.
El atacante, identificado como Joseph McCrimon de 46 años, también fue encontrado muerto en la calle, cerca del complejo de departamentos. La policía informó que se disparó fatalmente en la cabeza tras cometer el hecho.
Según la información difundida por medios locales, el hombre compartía la custodia de la niña de 9 años con Rasheeda Barzey, con quien tuvo una relación sentimental de dos décadas. Solei y Chloe eran hijas de la mujer pero con otra pareja.
McCrimons y Barzey habían estado en una relación «muy difícil» durante años, según señalaron los familiares a las autoridades. Sin embargo, la Policía señaló que no existían antecedentes de violencia doméstica ni llamadas previas al 911, y solo está registrada la realizada por la niña.
Una residente de un apartamento debajo de Barzey contó a The Post que cuando la pareja había discutido fuertemente anterioremente. Sin embargo, la noche de la tragedia indicó que “no hubo palabras, no hubo discusión. Solo ‘pop, pop’ y después del primer pop, ella comenzó a llorar. Luego hubo tres más, y hubo silencio ”.
“Pensé, ‘¿Debería llamar al 911?’ Pero, ‘No, no estás seguro de qué era’. Cinco segundos después, llegaban las sirenas.