¿Ha pensado cuántas hojas, tallos y cáscaras y desechos bota en su hogar mientras cocina? Esos desperdicios son verdaderos tesoros que solo necesitan un poco de imaginación para convertirse en platos que incluso pueden servirse en los mejores restaurantes.
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El secreto está en ser creativos y aprender a usar lo que se suele descartar. Al hacerlo, no solo cuida el planeta, pues los desechos orgánicos son una importante fuente de contaminación por gases de efectos invernadero; también ahorra dinero y abre la posibilidad al descubrimiento de nuevos sabores y texturas que enriquecen las comidas.
Los cocineros que apoyan esta tendencia recomiendan el uso de las cabezas de mariscos o los huesos de pollo para crear caldos y las cáscaras de frutas para ser el ingrediente secreto de bebidas refrescantes.
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— @DíaaDíaec (@DiaaDiaEc) November 15, 2024