Johnny Depp dijo el jueves que su relación con Amber Heard era “una escena de crimen a punto de ocurrir”, pero negó que la atacara durante un ataque de ira avivado por las drogas en Australia mientras filmaba una de las películas “Pirates of the Caribbean” (“Piratas del Caribe”).
El astro de Hollywood proporcionó evidencia en el tercer día del juicio por su demanda contra un trabloide británico que lo llamó “marido golpeador”.
Depp demanda a News Group Newspapers, editora de The Sun, y al editor ejecutivo del diario Dan Wootton, por un artículo de abril de 2018 que decía que abusó físicamente de Heard.
La defensa de The Sun se basa en las denuncias de Heard de 14 incidentes de violencia por parte de Depp entre 2013 y 2016. El actor las niega todas rotundamente.
Al ser interrogado por la abogada de The Sun, Sasha Wass, Depp describió una relación volátil con Heard durante una época en la que trataba de dejar las drogas y el alcohol pero a veces recaía. Dijo que sentía que estaba en una “constante caída en picada”, y recordó que le dijo a Heard en varias ocasiones: “Oye, estamos en una escena de crimen por ocurrir”. Pero negó que fuera violento.
Depp rechazó la acusación de Heard de que la sometió a “tres días de agresiones” en marzo de 2015 en Australia, donde él filmaba la quinta entrega de “Pirates of the Caribbean” como el capitán Jack Sparrow.
“Lo niego vehementemente y diría que es una vulgar fantasía”, dijo.
Depp y Wass discutieron sobre los detalles del episodio en Australia, que terminó con la casa rentada por la pareja hecha un desastre y un dedo de Depp herido hasta el hueso.
Depp acusa a Heard de ocasionarle la cortada arrojárdole una botella de vodka. Ella niega haber estado en el cuarto cuando él se cortó el dedo.
De acuerdo con Heard, Depp consumía cocaína, bebía whisky Jack Daniels de la botella, rompía botellas, le gritaba a Heard, le golpeó la cabeza contra un refrigerador, la arrojó contra una mesa de pimpón y rompió una ventana.
“Esos son inventos”, dijo él.
Negó que consumió drogas pero aceptó que la pareja había discutido y que en algún momento “decidí terminar con mi sobriedad porque ya no me importaba más, necesitaba doparme”.
Depp estuvo de acuerdo con que la casa quedó “destrozada” tras la pelea de la pareja, que dijo que fue desatada por la infelicidad de Heard por haberle pedido que firmara un acuerdo prenupcial.
En la corte mostraron fotografías de espejos cubiertos con grafiti, que Depp reconoció que él había escrito tras meter su dedo ensangrentado en pintura. Pero dijo que Heard era responsable de la mayoría de los daños en la casa.
“Eso es completamente falso”, dijo Wass.
“Gracias, pero no lo es”, dijo Depp.
Wass también alegó que Depp agredió a Heard durante un intento por terminar con su adicción al opioide Roxicodone (oxicodona) en su isla privada en las Bahamas en 2014.
Wass dijo que en ese entonces Depp elogió los esfuerzos de Heard por ayudarlo a estar sobrio. La abogada leyó un mensaje que Depp envió a la madre de Heard diciéndole “tu hija ha estado muy por encima de la horrible tarea de cuidar de este pobre viejo junkie” y hablaba de su “heroísmo”.
Heard afirma que Depp se volvió violento con ella. Él negó cualquier violencia física, pero dijo que la acusación de Heard de que se “había vuelto loco” y “gritaba” podría ser correcta.
“Yo no estaba en forma. Creo que estaba en el punto más bajo en el que he estado en mi vida”, agregó.
Depp acusó a Heard de mentir sobre su comportamiento. Reconoció que golpeó objetos al decir que era mejor que “desquitarse con la persona que amo”.
El actor ha reconocido en la corte que quizá hizo cosas que no puede recordar mientras estaba bajo la influencia del alcohol y las drogas, pero negó que pudiese haber sido físicamente abusivo y olvidarlo.
“Había lagunas, seguro, pero en cualquier laguna hay fragmentos de memoria”, dijo Depp.
El caso arroja luz sobre la tempestuosa relación de Depp, de 57 años, y Heard, de 34, quienes se conocieron en el plató de la comedia de 2011 “The Rum Diary” (“Diario de un seductor”) y se casaron en Los Ángeles en febrero de 2015. Heard, quien es modelo y actriz, pidió el divorcio al año siguiente y obtuvo una orden de alejamiento contra Depp argumentando abuso doméstico. El divorcio se finalizó en 2017.
La expareja ahora se acusa mutuamente de ser controladores, violentos y mentirosos durante su matrimonio.
En un mensaje de texto a su médico tras el altercado en Australia, Depp llamó a Heard “maliciosa, malvada y vengativa” y dijo que estaba “desesperada” por ser famosa, agregando que “probablemente esa es la razón por la que fui adquirido”.
Heard ha alegado que Depp se sintió amenazado por la carrera de ella y que estaba celoso de sus compañeros de reparto, incluidos James Franco y Billy Bob Thornton.
El miércoles, Wass leyó en la corte un email que Heard le escribió a Depp en 2013 pero que nunca le envió, en el que le decía que era como “el dorctor Jekyll y el señor Hyde”: “Amo locamente a una mitad de ti, la otra mitad me asusta”.
Depp acusó a Heard de inventar alegatos falsos de abuso. Ha reconocido beber en exceso y consumir drogas, pero dijo que la acusación de Heard sobre que las drogas y el alcohol lo convertían en un monstruo era “delirante”.
También negó acusaciones de que golpeó a Heard cuando ésta se rio de uno de sus tatuajes, que sostuvo a su Yorkshire terrier, Pistol, afuera de la ventanilla de un auto o que la amenazara con meter al perro en un horno de microondas.
Depp dijo tener un sentido del humor “bastante retorcido” y que el comentario del microondas era un chiste recurrente porque el perro era muy pequeño.
Heard ha asistido al juicio de tres semanas y se espera que presente su evidencia más adelante.
Depp también demandó a Heard por 50 millones de dólares en Estados Unidos por supuestamente difamarlo en un artículo del Washington Post sobre violencia doméstica. Ese juicio se realizará más adelante en el año.