La deforestación terminó con el 18% de bosque de la Amazonía

El informe ‘Amazonía Viva 2022’ elaborado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) revela que la deforestación se encuentra en un punto de no retorno en el mayor pulmón del planeta.

Según el estudio, el 18% de los bosques se perdió y otro 17% está degradado y cerca de desparecer.

Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia, Guayana, Surinam y Venezuela, que conforman la cuenca amazónica, podrían seguir perdiendo bosques nativos por culpa de la deforestación. Esto afectaría el sustento de 47 millones de personas y haría que el planeta continúe elevando su temperatura.

“Se ha dicho que la Amazonía es el pulmón del mundo, yo diría que es más bien el aire acondicionado o el riñón del mundo porque es donde se producen estos ciclos del agua que son tan importantes”, señala Tarcisio Granizo, director de WWF Ecuador.

El incremento de las zonas agrícolas, los incendios forestales, la tala de árboles nativos, y la falta de control gubernamental a la minería ilegal son las principales causas de la pérdida de la selva amazónica.

EL CALENTAMIENTO GLOBAL

El informe de WWF también advierte que el objetivo vital de mantener el calentamiento global dentro de 1,5 °C no se puede cumplir si se pierde la selva amazónica, ya que almacena entre 367 y 733 Gt de CO2 en su vegetación y suelos. Al mismo tiempo, el carbono almacenado durante siglos en la Amazonía también se está liberando a un ritmo acelerado debido a la deforestación, los incendios y las actividades productivas no sostenibles.

Revertir esta tendencia y proteger el 80% del bosque tropical requerirá asegurar y ampliar un mosaico de áreas protegidas y territorios indígenas protegidos (actualmente la mitad del bioma) que deben ser gobernados y gestionados equitativamente, junto con enfoques integrados de gestión del paisaje para la conservación y desarrollo sostenible, según WWF.

El informe argumenta que salvar la Amazonía también requerirá un compromiso político de alto nivel que aborde directamente los principales impulsores de la pérdida de la Amazonía, como la deforestación, la minería ilegal, la corrupción, el uso indiscriminado de la fauna y otros recursos naturales, y la infraestructura planificada sin consideraciones ecosistémicas.

Durante un evento de lanzamiento del informe en la COP 27 se emitió un llamado global para que actores clave de diversos sectores se unan a la iniciativa 80×25 de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica) para proteger al menos el 80% de la Amazonía.

De acuerdo con el grupo, lograr esta meta requerirá: una visión regional Panamazónica con políticas e instituciones fortalecidas para implementarla; un 100% de reconocimiento legal, demarcación y financiación de los territorios de pueblos indígenas; moratorias u otras políticas para detener el avance de la deforestación, particularmente aquella que se lleva a cabo ilegalmente y a escala comercial, en bosques primarios, de alto valor biológico o en zonas que están llegando a puntos de no retorno locales; fomentar un modelo de desarrollo que detenga los impulsores de la deforestación y degradación, y promueva cadenas de suministro libres de deforestación; financiar un programa de restauración ecológica a gran escala; proteger la biodiversidad y especies amenazadas, entre otras estrategias.

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