En el año 2017 nació la Iniciativa de las Cuencas Sagradas, para proteger de manera permanente las cuencas de los ríos Napo, Pastaza y Marañón.
Se trata de un llamado urgente de más de 20 nacionalidades y pueblos indígenas de Ecuador y Perú para cuidar 30 millones de hectáreas entre la Amazonía ecuatoriana y peruana.
En las Cuencas Sagradas nacen los afluentes principales del río Amazonas. Estos son parte esencial para mantener al bosque Amazónico con vida.
Lograr su permanente protección frente a actividades industriales, como plantea la iniciativa, significa garantizar los derechos territoriales de los pueblos y nacionalidades indígenas. También implica mejorar sus condiciones de vida, priorizar áreas de conservación y regeneración, proteger las fuentes de agua y fomentar una transición socio ecológica postextractivista.
El bosque Amazónico en las Cuencas Sagradas es el medio de subsistencia de más de 500.000 indígenas.
Según The Guardian, el costo de prevenir una pandemia, protegiendo la vida silvestre y los bosques, equivale al 2% del costo financiero estimado de la crisis causada por el Covid 19.
La crisis actual que viven Ecuador y Perú es una triple crisis anidada: económica, sanitaria y ambiental. Se trata de una crisis civilizatoria.
En ese contexto, la Iniciativa trabaja por el bienestar de la población amazónica. Durante la emergencia sanitaria ha acentuado sus limitaciones en salud, educación, soberanía alimentaria, transporte y conectividad, entre otros.
La pandemia exacerba su vulnerabilidad y los pone en alto riesgo de desaparecer. Conoce más de la Iniciativa.
Más de 2.000 casos de COVID-19 en indígenas de la Amazonía