Esta incomprendida y habitual costumbre de las personas tiene una explicación científica y está relacionada con la temperatura corporal.
Según el neurocientífico Matthew Walker, autor del libro «Por qué dormimos», el cuerpo necesita perder cerca de un grado centígrado para poder dormir, por lo cual afirma que es más fácil descansar en una habitación demasiado fría que en una demasiado cálida.
Además, explicó que el cuerpo no solo se enfría en función del ambiente, sino también usa la piel y varias partes del cuerpo para bajar la temperatura, entre ellos, las manos, la cabeza y los pies. Debido a que en estas partes del cuerpo es donde hay una gran cantidad de vasos sanguíneos cercanos a la superficie, los mismos que permiten que la sangre se extienda a lo largo de una gran área cerca del aire y se enfríe.
Por otra parte, existen personas que duermen con medias, sin embrago, al igual que en el anterior caso también existe una explicación científica. El doctor Francisco Puertas, miembro de la junta directiva de la Sociedad de Sueño y responsable de la unidad del sueño en el Hospital de Lieja, Bélgica, aseguró que las personas friolentas tienen sensación de frío, por lo que sus vasos se contraen y el cuerpo no libera calor hasta que se tapan bien.
También explica que no se conocen bien todos los mecanismos que influyen en el sueño y en la regulación de la temperatura, pero aseguró que la explicación tiene que ver con el enfriamiento del cuerpo, ya que es necesario para facilitar el inicio del sueño y dormir de forma profunda durante la primera mitad de la noche, que es la que está más relacionada con la recuperación de la fatiga física.