La epidemióloga ecuatoriana Catalina Yépez considera que la COVID-19 puede dejar secuelas, incluso en los pacientes asintomáticos.
Pues hay estudios que revelan que personas que se han contagiado y no han presentado síntomas, pueden desarrollar consecuencias cardíacas o cerebrovasculares.
Otra de las consecuencias es la llamada «niebla del COVID», cuando los pacientes presentan confusión mental y les cuesta articular palabras o hacer operaciones matemáticas simples, refirió esta exasesora externa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Incluso atletas que se han infectado sin saberlo han presentado, luego de superar la enfermedad, cuadros de fatiga y cansancio en ciertas actividades que no suponían esfuerzo antes del contagio.
MENOR MORTALIDAD
Yépez dijo que, pese a que la primera oleada de la pandemia ha pasado en algunos lugares, como en China, España e Italia, el nivel de propagación sigue siendo alto, aunque en el horizonte ya fulguran posibles soluciones.
Y aceptó que en la actualidad la mortalidad del virus es menor, pues los sistemas sanitarios han aprendido a combatirlo, por ejemplo, con el uso de dexametasona, un tratamiento por el que los pacientes graves responden favorablemente.
Sin embargo, la científica ecuatoriana advirtió que esos avances en el conocimiento de la enfermedad «no pueden suponer que el COVID no nos va a dejar secuelas».
Por ello, sigue siendo imperativo el cuidado sanitario con las normas que se han ido ajustando con el tiempo: Lavado frecuente de manos, distanciamiento físico de al menos dos metros y uso de mascarillas, sostuvo.
«Hay estudios que dicen que si se comparte 15 minutos sin mascarillas, la probabilidad de contagio grave es muy alta», añadió al lamentar que haya grupos humanos, como el de los jóvenes de entre 20 y 40 años, que ahora están más expuestos.
«El contagio entre adultos mayores (ancianos) es menor porque ellos se están quedando en casa», no salen a la calle y han asimilado las medidas de precaución, explicó la epidemióloga.
Y no se explica la protesta del pasado fin de semana en España contra el uso permanente de mascarillas, justo en un país que ha experimentado en aumento de casos.
«Los asintomáticos y los enfermos leves están contagiando» a otras personas y por ello debe ser riguroso el uso de mascarilla y el distanciamiento físico, insistió.