El COVID-19 ya cobró la misma cantidad de vidas en Estados Unidos que la pandemia de fiebre española de 1918-1919: unas 675.000. Y al igual que el calvario que azotó al mundo hace un siglo, es posible que el coronavirus jamás desaparezca por completo de nuestras vidas.
En su lugar, los científicos esperan que el virus que causa el COVID-19 se convierta en un padecimiento estacionario a medida que se fortalece la inmunidad humana a través de la vacunación y la infección repetida. Eso podría tomar tiempo.
“Esperamos que termine siendo como sufrir un resfriado, pero no existen garantías”, dijo el biólogo de la Universidad Emory, Rustom Antia, quien presentó un escenario optimista a desarrollarse en los próximos años.
Por ahora, la pandemia aún azota a Estados Unidos y a otras partes del mundo.
El repunte de infecciones por la variante delta podría haber alcanzado su punto más alto, pero el número de decesos en Estados Unidos aún es de alrededor de 1.900 diarios, su nivel más elevado desde principios de marzo, y el saldo total a nivel nacional superó la tarde del lunes los 675.000 fallecimientos, según datos de la Universidad Johns Hopkins, aunque se cree que la cifra real es más alta.
El invierno podría traer una nueva oleada, aunque sería menos letal que la del año pasado, según un modelo de la Universidad de Washington, el cual proyecta que alrededor de 100.000 estadounidenses más morirán de COVID-19 para el 1 de enero, lo que elevaría el número total de fallecimientos a 776.000.
La pandemia de fiebre española de 1918-1919 cobró la vida de cerca de 675.000 estadounidenses en una población que era alrededor de la tercera parte de la de hoy en día. Mató a unas 50 millones de personas a nivel mundial en ese momento, cuando el planeta tenía una cuarta parte de los habitantes que en la actualidad. Hasta el momento, el COVID-19 ha provocado más de 4,6 millones de fallecimientos a nivel global.
El número de fallecimientos por fiebre española es un estimado, debido a los registros incompletos de la era y al pobre entendimiento científico de qué fue lo que provocó la enfermedad. La cifra de 675.000 proviene de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus iniciales en inglés).
“Todos nos infectaremos”, pronosticó Antia. “Lo que importa es si dichas infecciones son graves”.