La expansión del coronavirus fuera de China y la intensidad de la epidemia en Italia, una de las grandes economías europeas, ha castigado este lunes a las bolsas de todo el mundo, en especial a la de Milán, ha hundido el precio del petróleo, y ha desplazado la inversión hacia activos refugio como el oro o la deuda soberana de países saneados.
La Bolsa española ha bajado un 4,07 %, la mayor caída desde el referéndum sobre el Brexit celebrado en junio de 2016, lo que ha llevado al selectivo Ibex 35 a borrar todas las ganancias acumuladas en el año y anotarse ya un descenso del 0,60 % en el conjunto de 2020.
En el resto de Europa, la bolsa de Milán se ha desplomado un 5,43 %; la de Londres, un 3,34 %; la de Fráncfort, un 4,01 %; y la de París, un 3,94 %.
En Wall Street, el Dow Jones y el S&P 500 caen a esta hora más del 3 %.
En Asia, con Tokio cerrado por festivo, la Bolsa de Hong Kong ha bajado un 1,79 %; la de Shanghai, un 0,33 %; y la de Seúl, un 3,87 %. Corea del Sur es el segundo país más afectado por el coronavirus después de China.
Los sectores más afectados en los mercados bursátiles están siendo los relacionados con el turismo, el transporte, las materias primas y la industria que depende de las cadenas globales.
En cuanto al petróleo, el precio del Brent, el de referencia en Europa, baja más del 5 % y el Texas, referente en Estados Unidos, ha abierto con un descenso cercano a ese porcentaje, en ambos casos por el temor al impacto que la expansión del coronavirus puede tener en la actividad económica.
Por el contrario, el oro ha tocado hoy nuevos máximos desde principios de 2013, en torno a los 1.690 dólares por onza.
Otro activo refugio, la deuda pública, veía caer su rentabilidad por la elevada demanda, salvo la italiana, cuya prima de riesgo ha superado esta mañana a la de Grecia.
Según Victoria Torre, de Singular Bank, el motivo de este descenso generalizado de las bolsas es que los inversores han llegado a la conclusión de que «la situación ha cambiado sustancialmente en poco tiempo».
«Hace unos días parecía que las alarmas se reducían y que la epidemia estaba controlada pero la calma no ha durado mucho. Si el virus hasta ahora estaba focalizado en China, la aparición de casos fuera de sus fronteras ha hecho que las incertidumbres se disparen», explica.
En la misma línea, Rui da Mota Guedes, analista de Afi, señala que la extensión del coronavirus en Europa, en concreto en Italia, ha asustado a los inversores, que han optado por vender renta variable y comprar activos refugio.
Gilles Moëc, de Axa Investment Managers, considera que la aparición de un foco del coronavirus en Italia «cambia la dimensión del problema» porque las zonas afectadas -Lombardía, Véneto y Emilia-Romagna- representan el 40 % del producto interior bruto (PIB) de Italia y el 6 % de la zona del euro.
Para Philippe Waechter, director de investigación económica de Ostrum AM (antes Natixis Asset Management), el impacto económico del coronavirus es «más grave de lo esperado», ya que China es «un jugador global con un papel importante en la mayoría de las cadenas de valor».
En su opinión, la epidemia «ha comenzado a generar un shock de oferta que la política monetaria no podrá gestionar», ya que una rebaja de los tipos de interés elevaría la demanda pero no resolvería el impacto de la epidemia en la oferta.
Por el contrario, Frank Häusler, de Vontobel Asset Management, cree que el efecto negativo del coronavirus en el crecimiento mundial está siendo «bastante moderado», de unos 0,2 puntos porcentuales.
No obstante, admite que la incertidumbre pesará durante algún tiempo en los mercados, lo que se traducirá en una mayor volatilidad. EFE