Las conversaciones de Julian Assange en la última parte de sus siete años en la embajada ecuatoriana en Londres fueron grabadas sistemáticamente.
Fueron grabadas, incluso en el baño, dijeron testigos a un tribunal en la capital británica el miércoles.
En declaraciones escritas en la audiencia de extradición de Assange, dos testigos anónimos que trabajaban para una firma española de seguridad con un contrato en la embajada dijeron que el fundador de WikiLeaks enfrentó una creciente operación de grabaciones a partir del 2017 luego del ascenso a la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos.
Testigos anónimos
La jueza Vanessa Baraitser confirió anonimato a los dos testigos el martes en medio de temores por su seguridad.
Los abogados en representación del gobierno estadounidense no disputaron la presentación de los testimonios anónimos.
Sin embargo, dijeron que eran irrelevantes para el asunto en consideración en la corte en Old Bailey.
Instalación de cámaras
Los dos testigos aseguraron que David Morales, director de la firma española de seguridad Undercover Global, se pasó al “lado oscuro”.
Instruyó la instalación de cámaras con sofisticadas capacidades de audio para grabar secretamente las reuniones de Assange en la embajada, especialmente aquellas con sus abogados.
Assange vivió en la embajada siete años a partir del 2012 tras refugiarse allí por temor a su potencial extradición a Estados Unidos.
Assange, expulsado de la embajada en abril del 2019, ha estado en una prisión en Londres desde entonces.
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Los testigos anónimos declararon que Morales dijo que las grabaciones se iniciaron a pedido de “nuestros amigos americanos” y que él había recibido un pago generoso.
AP