El proyecto hidroeléctrico Toachi – Pilatón se empezó a construir en 2011. En ese entonces la promesa fue que se generaría más de 354 megavatios hora de energía eléctrica, lo que suponía un alivio a las crisis energéticas.
Han pasado tres gobiernos y la construcción del proyecto no termina. Según la Contraloría General del Estado (CGE), la constructora china CWE, a cargo de la obra civil del proyecto, cayó en incumplimientos. Por ello, Celec pretendió cobrar garantías por más de 14 millones de dólares.
Hay tres fallas en la construcción de la empresa china. La primera es la falta de impermeabilización de la presa Toachi. La segunda son deslizamientos en la chimenea de equilibrio Alluriquín y finalmente están las fisuras en un túnel de conexión.
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Para el empresario José Alvear Campodónico, cree que la obra estuvo mal planificada y se diseñó en un lugar en el que se preveían los problemas. El experto califica a la obra como un elefante blanco.
Tras las fallas anticipadas se logró la terminación unilateral del contrato con la empresa china y todo quedó en manos de Celec.
Ahora la estatal, sin recibir las garantías, contrató las obras de reparación al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, por un monto de 17,8 millones de dólares. Las reparaciones estarán listas en un año más.
Por ahora el proyecto apenas genera 49 megavatios de energía con la central Sarapullo.