Schlumberger es actualmente el mayor inversionista a nivel mundial en el desarrollo de tecnologías para ayudar a clientes a reducir el impacto que causan en la naturaleza.
Basado en la premisa de saber que hay tres elementos en juego cuando se trata de producción de energía no renovable (Nuestro Mundo, Nuestro ambiente, Nuestro futuro), Schlumberger presenta un instrumento que prioriza la gestión social y ambiental.
Se trata de «Stewardship tool», una herramienta de gestión socioambiental que ya está a disposición de todas las partes interesada en la industria del petróleo y gas.
A través de la implementación de este software se planifica el desarrollo de proyectos teniendo en cuenta el estudio y análisis pormenorizado de variables que potencialmente podrían afectar al medioambiente y a las comunidades.
Beneficio para el medioambiente
Stewardship tool utiliza resultados cuantitativos para evaluar cada fase de un proyecto. Así, gestiona el riesgo, previene la contaminación, minimiza el desperdicio y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, hechos que van de la mano con las metas del acuerdo de París en referencia al calentamiento global.
En campo, la implementación de Stewardship tool, además, consigue optimizar los recursos que se ve reflejado en una reducción considerable del número de pozos sin que esto afecte la producción.
De igual manera permite su ubicación en zonas donde la afectación al medioambiente y a las comunidades es mínima.
Con todos estos beneficios, el uso de esta tecnología y las plataformas de rápido movimiento se reduce el tamaño de las áreas de asentamiento. De hecho, la optimización de la gestión de energía disminuye en al menos el 40% las emisiones.
Gestión social y ambiental con visión de futuro
Esto es lo que hace Schlumberger para pasar del discurso a la realidad en cuanto al entendimiento de la sostenibilidad cuando de producción de energía no renovable se trata.
De hecho, hablamos de una cultura de larga data que prioriza la gestión social y ambiental. Así, Schlumberger evidencia su responsabilidad de proteger al ambiente y a nuestras comunidades.
Con todo esto, el reto y la meta es disminuir en un treinta por ciento las emisiones en las operaciones hasta el 2025, con alternativas sostenibles y amigables con el medioambiente, y asegurando recursos que impulsan el desarrollo del Ecuador.