Una medida para renovar fondos de emergencia por miles de millones de dólares para los millones de brasileños que atraviesan problemas debido a la pandemia de COVID-19 fue aprobada el jueves en la cámara baja del Congreso, aunque los legisladores aún trabajaban en los detalles finales.
La propuesta de ley, ya aprobada en el Senado, permite un máximo de gastos de 44.000 millones de reales — 7.900 millones de dólares —, aunque la medida inicial no especificó cuánto recibirían las familias ni por cuánto tiempo. El ministro de Economía Paulo Guedes dijo previamente que deberían ser entre 175 y 375 dólares por hasta cuatro meses.
Un programa similar de transferencia de efectivo por un total de 330.000 millones de reales ayudó el año pasado a unos 70 millones de brasileños, casi una tercera parte de la población y muchos dijeron que ayudó a evitar un desplome económico aún mayor. Pero el programa fue descontinuado el 31 de diciembre.
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En el barrio del puerto de Río de Janeiro, Tassiana Nascimento Costa, de 34 años, dijo que el dinero de emergencia del año pasado le permitió alimentar a sus dos hijos y que la vida se le dificultó mucho más desde que se descontinuó el programa.
Costa, que usualmente se gana la vida vendiendo agua embotellada y otras bebidas en las calles, dijo que sus ingresos cayeron de unos 200 reales al día a unos 70. Y con el reciente resurgimiento de casos y muertes por el virus, ella teme contagiarse por lo que ya no está trabajando, dependiendo exclusivamente del subsidio familiar, otro programa de asistencia gubernamental.
En caso de que se aprueben los montos mencionados por Guedes, la ayuda por la pandemia le daría unos 18 dólares adicionales al mes. “Como no puedo trabajar por el momento, eso ayuda”, dijo Costa. “Pero mi situación no va a cambiar mucho”.
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El programa del año pasado ayudó a impulsar la popularidad del presidente Jair Bolsonaro, cuya aprobación ha caído desde que se descontinuó el subsidio.
Ayudó además a evitar una recesión más profunda en la mayor nación de América Latina. La economía brasileña se contrajo 4,1% el año pasado, menos que el desplome de 5.3% pronosticado por el Fondo Monetario Internacional en abril del 2020.
Brasil pasa por su peor momento de la pandemia. El número de casos nuevos continúa en ascenso, con un récord de 2.286 muertes reportadas el miércoles. Nuevas medidas dirigidas a limitar la actividad, o el fortalecimiento de restricciones ya existentes en algunos estados, pudieran sumarse a las presiones financieras entre los más pobres del país.
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