Relajar las medidas de restricción por la pandemia de COVID-19 con el fin de reactivar la economía, parece ser el principal motivo de una nueva ola de contagios, al menos en algunos sectores del mundo.
En Pekín, seis mercados tuvieron que ser cerrados ante un nuevo brote de COVID-19, en Estados Unidos, algunos hospitales reportan casos que ocupan camas y están a punto de saturar las casas de salud.
Y es que la pandemia de COVID-19 no da tregua y en muchos países las industrias necesitan que los trabajadores de reactiven ara mantenerse a flote y ante una imposibilidad de encontrar una vacuna, al menos hasta el momento, el riesgo de contagios masivos se dispara y sigue latente.
Pero en medio de la incertidumbre, un estudio de la Universidad de Cambridge, ofrecen una evidencia contundente que demuestra que las mascarillas o tapabocas son eficientes a la hora de evitar un nuevo rebrote de COVID-19.
Según BBC, «la investigación afirma que el uso masivo de las mascarillas disminuye la propagación de la enfermedad y que cuando se combina con medidas de confinamiento ‘previene futuras oleadas del virus'».
La investigación sugiere que incluso las máscaras hechas en casa, las de tela, son eficientes a la hora de evitar una segunda oleada de contagios masivos de COVID-19 en todas las localidades en las que la industria necesita reactivarse.
«Si el uso generalizado de máscaras por parte del público se combina con distanciamiento físico y cierto confinamiento, puede ofrecer una forma aceptable de manejar la pandemia y reabrir la actividad económica mucho antes de que haya una vacuna», dice Richard Stutt, investigador de epidemiología en la Universidad de Cambridge.
Por esta razón la recomendación una vez más es usar mascarilla si es que no tiene opción de hacer teletrabajo y su presencia es indispensable, mantener el distanciamiento siempre y el adecuado lavado de manos.