Por Karina Amaguaya |
En el área de salud mental, el Ministerio de Salud Pública (MSP) atendió 608 913 pacientes, a escala nacional, por diferentes diagnósticos, de enero a junio de 2023. Los más comunes fueron trastornos neuróticos secundarios a situaciones estresantes, trastornos del desarrollo psicológico y epilepsia.
Verónica Vélez, médica psiquiatra del Hospital Especializado Julio Endara, explica que la pandemia ha sido uno de los factores influyentes para disparar estas cifras en la red pública de salud. Esto porque ha llevado a que la población le dé más importancia a la salud mental.
La especialista asegura que en el MSP han aumentado las atenciones por situaciones complejas de salud mental como estrés patológico, cuadros de ansiedad y la cronificación de estos síntomas, que pueden derivar en cuadros de depresión, de tristeza mayor.
¿Cómo saber que tengo estrés?
Jaime Terán, psicoterapeuta y docente de psicología de la Universidad de las Américas (UDLA), explica que el estrés es una respuesta normal, que tiene coherencia con el contexto y la situación que lo genera. Por ejemplo: una cita importante o algún caso que se debe solucionar son situaciones en las que el cuerpo y la mente reaccionan de acuerdo con esa situación.
Sin embargo, cuando se pierde el contexto o la respuesta es sobredimensionada se trata de una alteración y puede constituirse en un estrés patológico. Este puede generar cambios tanto en la parte física como mental.
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Los efectos físicos, dice la psiquiatra Vélez, se manifiestan como cambios en el metabolismo, en la parte hormonal; o en estructuras básicas como la piel, el cabello, las uñas. También se pueden presentar afectaciones en la cabeza o el aparato digestivo.
A eso se suman las contracturas musculares, producidas por el elevado nivel de tensión del sistema nervioso. Eso lo provoca la hormona del estrés, llamada cortisol.
Las afectaciones mentales, en cambio, «se presentan con el trastorno del sueño y el trastorno alimenticio, los cuales se convierten en pautas de una situación de tensión permanente, en la que el individuo tiene sensación de miedo a algo que no conoce y se produce una sensación de angustia e intranquilidad», sostiene la especialista.
Enfermedades derivadas del estrés
El psicoterapeuta Terán explica que el estrés no tratado o no controlado puede generar mayores complicaciones, especialmente en personas con antecedentes previos, es decir, que presenten riesgos cardíacos o alteraciones médicas.
En las personas que no registren ningún tipo de vulnerabilidad, el cuerpo, de alguna manera, va a responder mejor, dice. No obstante, resalta que si la afectación persiste puede generar otras patologías como ansiedad o fobias. Si la situación es alarmante también puede generar traumas y trastornos, dolores musculares e incluso úlceras.
¿Cómo prevenirlo?
Vélez sostiene que lo primero y muy importante es hacer un autoanálisis, «evidenciar qué cosas son las que me generan estrés». Para ello, complementa Terán, «hay que ser muy realistas y concretos, necesitamos evaluar de la manera más imparcial posible».
El objetivo, dicen los especialistas, es acercarse a los hechos para dar algo de control y obtener una respuesta lo más coherente con la situación que, además, permita hacer un seguimiento y tratamiento.
Tanto Vélez como Terán recomiendan identificar de dónde surgen las situaciones de estrés y, a partir de ello, crear estrategias:
- Ámbito personal: hacer un cambio de hábitos, llevar una vida más saludable. «Esto genera que cambie nuestra estructura y la forma en que liberamos a diario ciertas hormonas o neurotransmisores que son los que provocan los cambios en el sistema nervioso y que, además, generan el placer y la vitalidad en el día a día.
- Laboral: buscar maneras para que en el espacio de trabajo se cree un ambiente sano, de apertura, que se enfoque en promover la salud mental de los trabajadores y la propia.
- Familiar: si es una tercera persona, buscar ayuda especializada.
Si se agotan estas estrategias y se evidencia que no hay mejoría, los especialistas señalan que se requerirá de atención profesional. Eso no es sinónimo de consumo de fármacos, sino que consiste en el tratamiento psicológico que puede brindar las herramientas para liberar el estrés.
En este punto, Vélez, considera necesario diferenciar lo que es un psicólogo de un psiquiatra. El primero es el encargado de brindar un tratamiento basado en la psicoterapia, dice. Mientras, el segundo brinda una atención médica, un tratamiento farmacológico, y es al que se llega luego de una evaluación psicológica.
Es decir, el psicólogo es quien determina si la persona requiere elevar el nivel de atención y entonces lo deriva a un psiquiatra.
La familia puede ayudar
Cuando una persona atraviesa cuadros críticos de estrés, «la función de la familia es eliminar la sensación de soledad, a través del acompañamiento», dice Vélez.
Pero también se debe respetar el espacio de la persona, sin dejar de poner atención al sentimiento de soledad que puede hacerse crónico y llevarla a tomar una decisión fatal, resalta. Es decir, estar junto a la persona, «si desea hablar o si quiere un momento de silencio, pero que sepa que no está solo».
Aunque «muchas veces se cree que dar un consejo u orientación es una forma terapéutica, puede ser un proceso que ayude en algunas personas, pero no en todas. El proceso de tratamiento ante una enfermedad mental es subjetivo, individual y depende de qué es lo que requiera cada persona», añade la psiquiatra.
Servicios públicos de salud mental
A escala nacional, el Ministerio de Salud da el servicio de salud mental y la atención integral de salud a personas con consumo problemático de alcohol y otras drogas en 468 establecimientos de salud, en sus tres niveles de atención.
- Primer nivel, que abarca el 80% de cobertura de la población, con servicios de atención ambulatoria en 281 unidades y servicios ambulatorios intensivos en 63 unidades de salud.
- Segundo nivel cuenta con unidades de salud mental hospitalaria en 111 hospitales.
- Tercer nivel cuenta con 11 Centros especializados para el tratamiento de personas con consumo problemático de alcohol y otras drogas (Cetad) y dos establecimientos adicionales, que son el Hospital Especializado Julio Endara y el Centro de Atención Ambulatoria Especializado San Lázaro, en Quito.
El Sistema Nacional de Salud está integrado por instituciones de la red pública (MSP, IESS, Isspol, Issfa) y privada complementaria. Cuenta, en conjunto, con 1 007 establecimientos que ofrecen atención en salud mental.
El MSP informa que desde enero de 2023, Ecuador cuenta con un proyecto de fortalecimiento de salud mental, ejecutado por el MSP. El financiamiento bordea los 27 millones de dólares para cinco años.
Según la Cartera de Estado, actualmente cuentan con 1 265 profesionales entre psicólogos, psiquiatras, trabajodores social, terapistas ocupacionales, entre otros. Y en 2023, señala que se contrató a 179 nuevos profesionales de salud mental para fortalecer estos servicios en el país
Para quienes requieran atención en salud mental, ya sea asesoramiento psicológico e intervención en crisis, el MSP también cuenta con la línea telefónica 171, opción 6, abierta a la ciudadanía .
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