El gobierno colombiano pedirá formalmente a la CONMEBOL el aplazamiento de la Copa América debido a la pandemia de coronavirus, afirmó el jueves el ministro del Deporte, Ernesto Lucena.
En una conversación con la prensa, Lucena manifestó que el deseo de Colombia, que está contemplada como coanfitriona del torneo junto con Argentina, es que el certamen sudamericano de selecciones se suspenda en tanto no se avale un aforo del 50% o más en los estadios de fútbol por la pandemia del COVID-19.
La Copa América se había pospuesto ya en 2020, en medio de la emergencia sanitaria global.
Las declaraciones de Lucena surgen tras una semana en que han arreciado las versiones de que la CONMEBOL retiraría a Colombia la sede compartida de la Copa, ante la ola de protestas antigubernamentales que se registran en el país desde finales del mes pasado.
“Creemos que lo más importante en un evento de esta magnitud es el aforo de público y como lo ha dicho el presidente de Argentina, y como lo hemos reiterado nosotros, en este momento la imposibilidad de tener aforo hace que la Copa no sea un evento con el que todos soñamos”, dijo Lucena.
La CONMEBOL, ente rector del fútbol en Sudamérica, no se ha pronunciado por ahora sobre el pedido.
El gobierno colombiano no propuso de inmediato una nueva fecha para la Copa América, prevista del 13 de junio al 10 de julio. El funcionario aclaró que el cálculo lo haría el Ministerio de Salud colombiano de acuerdo con la situación epidemiológica del país.
Medios locales e internacionales habían publicado reportes de que Colombia no sería más el anfitrión de la Copa América por las protestas contra el gobierno que iniciaron desde el 28 de abril.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, dijo a medios el 18 de mayo que su país tiene la capacidad de organizar la Copa América por su cuenta, siempre que se cumplan con estrictos protocolos de bioseguridad.
El gobierno colombiano negó que la convulsión social fuera el motivo de su decisión.
“No desconocemos que hay una realidad social, pero el gobierno ha venido trabajando con los sectores a través de los diferentes ministerios y consejerías”, agregó el ministro Lucena.
Las protestas en Colombia arrancaron en rechazo de una reforma tributaria. Aunque el gobierno retiró esa propuesta las marchas prosiguieron, ahora en demanda de que no haya violencia policial y de cambios en la políticas del presidente Iván Duque.
Recién el sábado, Lucena había asegurado que Colombia iría “hasta el final” en la organización de la Copa América.
Distintas versiones de que Colombia sería desplazada como anfitriona del torneo sudamericano de selecciones comenzaron a fortalecerse la semana anterior, a raíz de los choques entre la policía y una multitud de manifestantes que quería impedir la celebración de partidos de la fase de grupos de la Copa Libertadores en las localidades de Barranquilla y Pereira.
En Barranquilla, ciudad donde se realizaría la final de la Copa América, la policía lanzó gases lacrimógenos que llegaron al estadio Romelio Martínez, durante los partidos Santa Fe-River Plate y América de Cali-Atlético Mineiro.
Hubo interrupciones en los encuentros y los jugadores e integrantes del cuerpo técnico debieron frotarse los ojos o enjuagárselos, en busca de aliviar la irritación.
También hubo desórdenes el miércoles en los alrededores del estadio de Pereira, Hernán Ramírez Villegas, donde Atlético Nacional recibió a Nacional de Uruguay.
Antes y después de esos episodios, la CONMEBOL retiró de Colombia partidos de las copas Libertadores y Sudamericana